¿Cómo sacarle provecho a un hotel all inclusive como el Hyatt Zilara Riviera Maya?

Los hoteles all inclusive suelen ser como el iPhone: subutilizados. Con una gama tan amplia de cosas por hacer y, sin embargo, uno termina aprovechando lo mínimo. Por ello, esta vez me di a la tarea de realizar la mayor cantidad de actividades posibles en mi visita al casi nuevo Hyatt Zilara Riviera Maya. Y sí, todavía me dio tiempo de descansar.

Una de las primeras cosas que usualmente te recomiendan en este tipo de hospedajes es que revises el programa de actividades disponibles durante tu estancia, la pregunta es: ¿cuántas veces realmente lo haces?

Qué hacer 48 horas en el Hyatt Zilara Riviera Maya

En esta escapada de 48 horas al destino caribeño decidí hacer caso y el resultado fue sorprendente. Pase de leer en la playa y nadar por horas a hacer aeróbicos en el agua, iniciarme en el yoga, degustar vinos, jugar tenis y hasta lucirme en el billar. Y todavía me quedó tiempo para relajarme y consentirme en el spa.

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Fue como volver a ser niño en un hotel solo para adultos que te invitaba a recorrerlo y probarlo todo.

Empecé la jornada temprano, eso sí, porque al que madruga… Y decidí arrancar dándole un giro a la rutina de gimnasio con una clase, el primer día de yoga y el segundo de acuaerobics que son impartidas por profesionales del personal de entretenimiento del Hyat Zilara Riviera Maya, que saben guiar muy bien a principiantes como yo.

Ese fue mi pase para disfrutar de cuanto se me atravesara en el buffet de El Comedor para desayunar.

Lo que siguió fue un tour en bici por los alrededores de la propiedad que está envuelta por manglares para regresar, ahora sí, a relajarme un rato frente al mar.

La hora de la comida me alcanzó en el restaurante Lola Beach cuya especialidad son los mariscos con sabores latinos.

Hyatt Zilara Riviera Maya

Posterior a la comida, ¿qué tal una buena cata de vinos impartida por expertos sommeliers? No hace falta que seas un conocedor, solo que estés abierto a aprender y probar.

Y para cerrar la tarde un relajante paseo por el circuito de hidroterapia del Zen Spa de Haytt Zilara Riviera Maya, que incluye por supuesto, sauna, vapor y jacuzzi, entre mucho más.

Hyatt Zilara Riviera Maya

Estaba listo para dormir, pero había algo más. Una cena deliciosa en el restaurante Capri Grille que me ofreció los sabores de la costa italiana en un elegante ambiente.

El cierre con broche de oro fue de vuelta en Lola Beach, convertido a esta hora en un divertido club de playa nocturno que me ofreció un par de tragos interesantes y me dejó listo para ir a descansar.

Hyatt Zilara Riviera Maya

Al día siguiente, la jornada empezó en la alberca con un poco de ejercicio y siguió con un desayuno más ligero que el del primer día en Coffee Republic.

Ya desayunado estaba listo para sacar mi lado más competitivo, primero, en la cancha de tenis, después, con un juego de voleibol en la alberca.

Después de la comida hubo tiempo de volver al spa, esta vez para recibir un tratamiento como Dios manda y alcanzar a disfrutar del atardecer en la playa. Todavía aproveché el jacuzzi a esa hora y me preparé para un show de mariachi previo a la cena en Tempest, un restaurante donde disfrute de especialidades de la cocina asiática y el clásico show de los chefs en las mesas de teppanyaki.

Hyatt Zilara Riviera Maya

Todavía cerré mi viaje con una partida de billar y un par de cocteles en Legends Sports Bar.

Al día siguiente la salida fue muy temprano por las siempre exageradas previsiones que se deben tener cuando se viaja en avión. ¿Me habrá faltado mucho más qué hacer? Seguramente sí, pero ya regresaré.