Desde que el primer ejemplar del cómic de Superman fue vendido en 3.2 millones de dólares, las historietas o novelas gráficas dejaron de ser un juego de niños y pasaron a convertirse en piezas que si bien cargan una gran nostalgia, también están valuadas en elevadas cifras.
Este mes se llevó a cabo en Paris una subasta que sólo incluía historietas. En ella, la obra maestra de Albert Uderzo, Astérix, del álbum El Adivino logró romper el récord mundial del artista, vendiéndose en 342 mil dólares.
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Esta exclusiva pieza que nunca antes había sido mostrada en el mercado fue creada por el dibujante en 1972 y regalada tres años más tarde al asistente del editor alemán de Urdezo. Hecha en tinta china, narra la llegada de un adivino al pueblo galo y la desconfianza de Astérix ante sus artes adivinatorias en cuanto a la terrible tormenta que el pequeño pueblo sufre. La historia se torna cómica cuando Idéfix -el perro de Obélix- es requerido por el adivino y con él encontrar una respuesta. Ante tal situación, Obélix deja muy claro que nadie tocará a su adorada mascota y el adivino se ve obligado a -descubrir el futuro- diseccionando un pescado.
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En la última viñeta, se puede ver cómo el artista no deja nada al azar y la representación es un guiño a la pintura de Rembrandt La Lección de Anatomía del Dr. Nicolaes Tulp.
En la cuarta edición de la venta parisina de cómics de Sotheby’s hubo 60 tesoros más que forman parte de la historia de la novela gráfica. Entre estas obras maestras se encontraban también piezas de la edad de oro de los cómics europeos firmadas por Franqueen -el creador de Spirou-, o Hergé -el padre de Tintin-.
Aquí podrás ver algunas de las piezas puestas a subasta: