Con el tradicional encanto caribeño, playas magníficas, festivales tradicionales y una oferta gastronómica inesperada y sensacional, Barbados se propone conquistar a los viajeros para que vuelvan una y otra vez.
Lo usual cuando hablamos de destinos caribeños es pensar en playas de aguas turquesa, arenas blancas, palmeras exuberantes y un permanente ambiente festivo. Toda una postal de agencia de viajes. Barbados no es la excepción.
Pero aunque todo eso se cumple en esta isla, si uno se limita a pensar sólo en esos términos, corre el riesgo de dejar fuera muchos otros atractivos que aquí se encuentran.
Video Recomendado
La energía de Barbados
Por una parte, no se puede negar que Barbados hace honor a la reputación alegre que la precede. Se puede palpar desde que te bajas del avión: para entrar al aeropuerto, un par de animadores montados en zancos flanquean las puertas, con un puñado de bailarines te reciben en un ambiente de carnaval.
Y enseguida, el primer guiño de la que hoy es la principal embajadora del país, aún sin ostentar cargo diplomático alguno: un enorme póster de Rihanna te saluda y te recuerda que has llegado a la tierra que la vio nacer hace 34 años.
Con esa clase de recepción, está prácticamente garantizado que los visitantes entren de inmediato en el mood alegre que reina en la isla.
Es probable incluso que contagiados por esa energía, y luego de haberse instalado en su hotel (la isla tiene una buena oferta en alojamientos de lujo, con presencia de grandes cadenas internacionales expertas en servicios de primera calidad), decidan aprovechar su primer día para conocer la vida nocturna de Barbados.
Para eso, existe una variedad de opciones para complacer a distintos gustos: clubes tradicionales, un crucero para contemplar el atardecer mar adentro y disfrutando un coctel, o en alguno de los muchos restaurantes y bares que Barbados tiene.
Quienes busquen un ambiente más tradicional, encontrarán en The Cliff una opción estupenda, con alta cocina y una cava bien surtida; mientras que para una velada más relajada, a la orilla del mar, pero con una carta irresistible, La Cabane ofrece una atmósfera más tropical.
Y como ejemplo de los restaurantes casuales pero de ejecución estupenda, sea para comer o cenar, Buzo (con atmósfera moderna y de comida italiana) y Sea Shed (frente a la playa y con especialidad en comida del mar) combinan buen ambiente con excelentes platos.
Si la visita es en octubre, puedes cerrar la jornada con alguna de las actividades del Festival de Comida y Ron, con la presencia de chefs locales e internacionales, y el destilado por excelencia de la casa (presumen una de las productoras de ron más antiguas, Mount Gay, fundada en 1703 y cuya visita es otra interesante parada).
Por supuesto, la vibrante actividad nocturna no es lo único que Barbados ofrece. Luego de una noche de fiesta, hay muchas maneras para relajarse o descansar, desde un paseo en catamarán para tomar el sol y admirar el entorno, hasta tenderse a descansar en la playa (la isla tiene más de 112 kilómetros de ella), o, para los más activos, la práctica de algún deporte acuático, como esnorquel, surfeo o buceo.
Así que sea que estés en busca de un ambiente festivo y tropical, de opciones culinarias deliciosas, o simplemente de playas paradisiacas para descansar, Barbados te proporciona un entorno a la medida de tus antojos, con el inigualable Caribe de fondo.