Ubicada a las orillas del río Moldava, Praga es una de las 20 ciudades más visitadas del mundo, cuyo casco histórico fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en 1992. Veinticuatro años después, tras la muerte de la famosa arquitecta iraquí Zaha Hadid, la capital de República Checa se someterá a varios cambios arquitectónicos urbanos, mismos que dejarán en manos del equipo de arquitectos Zaha Hadid Architects (ZHA).
La firma trabajará de la mano con el Estado para desarrollar diseños que regeneren el área industrial abandonada cerca de Masaryk Railway Station. Los nuevos edificios serán proyectados futurísticamente para coordinar estéticamente varios distritos -1,3 y 8- con una secuencia por Na Florenci Boulevard.
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Desde la salida del aeropuerto, hasta las líneas ferroviarias, cuatro plazas adicionales serán colocadas alrededor del municipio, así como paradas para autobuses en los boulevards. Las construcciones variarán en escala y estilo, sin perder el sello característico Hadid. Se estima que el proyecto sea finalizado en 2022.
Craig Kiner, encargado del proyecto, asegura que las proyecciones serán receptivas del contexto de Praga, mientras unifican y contribuyen a la completa urbanización del lugar.
La pregunta es, ¿Se unirán otros países del viejo continente a la idea de modernización arquitectónica en sus capitales o ciudades?