Abrir el horizonte más allá de Montreal es posible; sólo necesitas conducir en auto durante una hora desde ahí para llegar a los Cantones del Este (easterntownships.org), una tierra en donde reinan las montañas, lagos, granjas, y los pueblos pintorescos. Aquí, encontrarás el encanto del viejo mundo gracias a la arquitectura influenciada por sus fundadores estadounidenses, lealistas, escoceses e irlandeses.

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A mi llegada a esta apacible región de Quebec, a las 3 de la tarde, la primera parada es Sherbrooke, una tranquila ciudad (de no más de 200,000 habitantes) en donde me detengo para tomar el té de la tarde en el Centro Cultural y de Patrimonio de Uplands (9, calle Speid, Sherbrooke, Quebec J1M 1R9, uplands.ca). Todo es parte de un ritual del siglo pasado; elijo mi taza (de porcelana con flores pintadas a mano), y me sirven un té traído directamente desde Inglaterra. Para acompañar, saboreo unos exquisitos scones caseros, y sándwiches de pepino.

El trayecto sigue hasta el camino a Hatley, en donde, al lado de la carretera, justo frente a un grupo de vacas pastando a lo largo del paisaje, aparece la Fromagerie La Station (fromagerielastation.com). Aquí encontrarás una exquisita selección de los mejores quesos orgánicos de la región; con anticipación, puedes llamar a la tienda y agendar una degustación, en la que no querrás perderte el queso firme Alfred Le Fermier (su bestseller añejado 10 meses) y el Comtomme (queso semi-firme), dos de sus productos más premiados.

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La noche cae y Ripplecove Hotel & Spa (ripplecove.com) es el mejor lugar para descansar. Creado en 1945 en Ayer’s Cliff, muy cerca de la frontera con Vermont, Ripplecove es un hotel de lujo estilo victoriano con habitaciones elegantemente decoradas, que además tienen una vista envidiable hacia el lago Massawippi. Luego de un sueño reparador en una de sus magníficas camas, el desayuno obligado son unos huevos benedictinos servidos sobre un muffin inglés, acompañados de espinaca, y salmón ahumado, y por supuesto, un café con crema.

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Conducir por la mañana durante 50 minutos sobre la carretera hacia Bromont es el momento perfecto para deleitarse con el paisaje; en la primavera y el verano todo rebosa en tonos verdes, durante el otoño se pinta de rojizo y amarillos, y cuando llega el invierno todo está cubierto de nieve. Así llego a los viñedos The Domaine Les Brome de Léon Courville (leoncourville.com), una bodega que hace uso de las técnicas más modernas para la creación de sus vinos, y les da un toque rústico a través de un cultivo inspirado en las tradiciones europeas, (incluso, tienen un barril de leche para el proceso de fermentación que utilizan desde hace 8 años). Los vinos de Léon Courville son únicos: la proximidad de los viñedos con el lago da calor a las uvas, y las tardes cálidas y noches frías de la zona, dan un toque muy especial a los caldos. Hay 12 tipos de varietales que se cosechan aquí, Geisenheim, Seyval Blanc, Seyval noir, Riesling, St-Pépin, Maréchal Foch, De Chaunac, Pinot noir, Baco noir, Cabernet Franc. Chardonnay (que se fermenta en barricas por 3-4 meses y se da muy bien), y Vidal, la uva más famosa de la región por ser utilizada para crear iced wine, una tradición de Canadá.

En tu visita al viñedo, puedes hacerte de un exquisito jarabe de maple producido de manera artesanal, y por supuesto, para despedirte, es casi un obligado abrir una botella de Réserve St-Pépin (29 dólares), un vino blanco frutal, suave, y a la vez complejo, y una verdadera joya que, confiesa Léon, lo hace sentir orgulloso.

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Para despedirse del sureste de Quebec, lo mejor es hacer una última parada en Sutton, una ciudad de menos de 5,000 habitantes, con muchas alternativas para los amantes de la naturaleza (ofrece 52 kilómetros de senderismo, hay tres lagos y un estanque), que cuenta con un campo de golf de 18 hoyos, una fábrica de chocolates, y donde se dan dos recorridos históricos. Para llevarte un souvenir a casa, puedes visitar una de sus seis galerías de arte que expone a artistas locales. Y, finalmente, antes de irte, deleita tu apetito en una de sus dos micro cervecerías; Auberge Sutton Brouërie (aubergesuttonbrouerie.com) es mi elegida para saborear una Pseudo Smash (cerveza ligera, con un toque picante) que marido con media porción de poutine con espuma de queso de cabra y trozos de tocino. Una prueba de la cocina local con un giro fresco, antes de partir de vuelta a Montreal al anochecer.

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