Atendiendo el diseño de las máquinas de guerra que aparecen en las últimas tres o cuatro películas en las que participa Batman, bien podría pensarse que el diseño de esta patineta eléctrica no corrió a cargo de la startup StarkBoard, sino del murciélago justiciero, con su estilo sigiloso, negro mate y brillantes luces LED que le imprimen un toque futurista.
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Sin embargo, se trata solamente de otro intento por colocar en el top of mind de los consumidores una nueva generación de tableros flotantes y patinetas autoequilibradas.
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En esta ocasión, intentando hacer más accesible el montarlas, a través de la utilización de múltiples sensores de peso y movimiento, así como un giroscopio personalizado que permiten al usuario tener el control absoluto, mediante el movimiento de su cuerpo.
Esto es que, a diferencia de la mayoría de las patinetas eléctricas que se pilotean con un controlador de mano o presionando las almohadillas en la cubierta de la placa, StarkBoard se controla completamente con el movimiento del piloto. Y es suficiente inclinarse hacia adelante para acelerar, hacia atrás para desacelerar o retroceder y hacia la izquierda o la derecha para variar el sentido.
La compañía afirma que con esta tecnología cualquiera puede aprender a montar en tres minutos.
Cuenta con dos motores de cubo eléctrico en la rueda trasera que son lo suficientemente potentes como para impulsar a los usuarios cuesta arriba en pendientes y permitirles alcanzar una velocidad de hasta 20 millas por hora.
Asimismo, posee un sistema de frenado inteligente que lo detiene rápidamente, incluso cuesta abajo. Y si se desciende de su tablero, el equipo se detendrá automáticamente para que puedas recuperarlo fácilmente.
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El equipo está alimentado por un paquete de baterías de iones de litio que permite un alcance de hasta 13 millas. Para viajes más largos, puedes llevar contigo una segunda batería e intercambiarla.
Su precio se estima en 1,000 dólares y empezarán a realizarse las primeras entregas a partir de este diciembre.