Ya han pasado varios años desde que los teléfonos eran tan básicos que solo servían para llamar, mandar mensajes y tomar algunas fotos, algo que dista mucho de lo que hoy en día tenemos en nuestros smartphones que son prácticamente nuestra vida entera.
Y es que con tantas aplicaciones que nos facilitan nuestro día a día es difícil mantener los ojos puestos en otra cosa que no sea nuestro teléfono, sin embargo, HMD, la empresa detrás de Nokia se ha unido a una buena amiga de las chicas para crear un teléfono que te mantendrá conectado y desconectado al mismo tiempo.
¿Quién más necesita correr por el teléfono de Barbie y HMD?
Seguro ya lo viste por todas las redes sociales, señal de que necesitas pasar más tiempo desconectado, y se trata de un teléfono de HMD en colaboración con Barbie que presenta el clásico color rosa y un estilo muy ‘girly’ para que lo lleves contigo cuando quieras mantenerte al margen de las redes sociales.
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Como la famosa muñeca este es un teléfono lleno de estilo además de ser plegable, un diseño muy en tendencia últimamente.
Toda la estética hará feliz a tu niña interior, aquella que anheló tener un teléfono de Barbie, pues este viene con fundas de la muñeca, cada una con un diseño diferente que podrás cambiar cuantas veces quieras, así como calcomanías y cristales incluidos, además de un cordón de cuentas con dijes para que se luzca aún más.
Al abrirlo todo lo que aparece en la pantalla parece sacado de The Barbie DreamHouse, con un diseño rosado y minimalista y algunas sorpresas que te tocará descubrir.
Tan importante como el diseño están sus funciones, que como leíste antes distan mucho de los smartphones de hoy en día. El HMD Barbie busca capitalizar una tendencia emergente entre la Gen Z que ha adoptado a los llamado teléfonos tontos, los cuales carecen de internet y solo ofrecen, muy a la vieja escuela, funciones básicas como textos, llamadas y una cámara de 0.3 megapixeles con flash para fotos con un estilo Y2K.
El concepto busca que tengas una ‘desintoxicación digital’ en un mundo en el que estamos demasiado conectados y poco a poco buscamos limitar los efectos nocivos de las redes sociales en la vida diaria.