Elon Musk nos ha hecho creer en la electrificación y autonomía de los automóviles y el futuro de los viajes espaciales con Tesla y SpaceX, ahora el empresario y su empresa Neuralink apuestan por algo que, de funcionar, podría solucionar los problemas neurológicos de los seres humanos.
Durante los últimos años, el fundador de Neuralink y su equipo han sumado esfuerzos por desarrollar una interfaz cerebro-computadora que sea capaz de optimizar el funcionamiento humano, así como ayudar a que personas con distintos tipos de daño neurológico como pérdida de memoria, ansiedad, daño cerebral, depresión y una larga lista de enfermedades, puedan mejorar su calidad de vida.
El objetivo es ambicioso y está sujeto a mucho debates éticos y médicos, además de que no hay evidencia clara de que cualquiera de esta larga lista de enfermedades, muchas estudiadas durante años, puedan tener una solución tan ‘sencilla’ como una interfaz.
En una transmisión que se llevó a cabo el pasado viernes, Musk mostró un diseño diferente al que había revelado hace un año cuando presentó el proyecto. El nuevo perfil del dispositivo físico es más pequeño, y se dijo, puede ocultarse en su totalidad debajo del cabello una vez instalado en el cráneo.
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Con una primera demostración en la que el dispositivo de Neuralink fue puesto a prueba en cerdos, se pudieron observar picos visuales cada que uno de los cerdos hacía contacto con algo mientras buscaba comida, Musk argumentó estar preparándose para que, una vez que se apruebe y se hagan más pruebas de seguridad, se pueda llevar a cabo la primera implantación humana, esto después de que la FDA -Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos- designó a Neuralink como un ‘Dispositivo innovador’.
Si bien el dispositivo solo ha demostrado tener la capacidad de leer y recibir datos de las señales, en este caso del cerdo, el plan es proporcionar lectura y escritura con el objetivo de abordar los ya mencionados problemas neurológicos.
Musk hizo referencia a los dispositivos Neuralink como un Fitbit en el cráneo con cables que incluso podría ser capaz, a futuro, de guardar y reproducir recuerdos.
El primer ensayo clínico se centrará en personas con paraplejía y tetraplejía como resultado de lesiones en la médula espinal cervical, una prueba que podrá demostrar la eficacia y seguridad de la nueva tecnología de Musk que podría revolucionar la medicina.