Pujante patrocinador del llamado deporte blanco, Rolex ha visto retribuida su inversión cada vez que la muñeca de un campeón luce uno de sus relojes.
El caso más reciente fue el del pasado domingo 28 de enero cuando su embajador, Roger Federer, alzó la copa de su vigésimo Grand Slam en el Australian Open, portando el excepcional Sky-Dweller en acero inoxidable.
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— Roger Federer (@rogerfederer) January 28, 2018
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Una portentosa pieza que sintetiza la tecnología inconfundible de la marca, protegida por entre once y catorce patentes, al tiempo que proporciona, a los que recorren el mundo, la información necesaria para ubicarse fácilmente de un sólo vistazo.
Presentado en 2012, el Sky‑Dweller se impone por su concepción revolucionaria, alcanzando la alquimia perfecta entre sofisticación técnica y comodidad de uso.
El reloj de Federer: Oyster Perpetual Datejust II.
Sin embargo, a sus 36 años, el tenista suizo ha tenido distintas oportunidades de batir records, alzar copas y lucir otros emblemáticos modelos de la firma relojera.
El ejemplo perfecto es el 2009, cuando logró superar la marca mundial impuesta por Pete Sampras en Grand Slam.
“Fue un partido épico a cinco sets contra Roddick, no me lo podía creer. No pude despuntar en todo el partido hasta el último juego, y ahí llegó mi victoria. Cuando por fin levanté el trofeo, llevaba el Rolex puesto en la muñeca (el Oyster Perpetual Datejust II). Cada vez que miro el reloj, me trae un vivo recuerdo de ese día”, confesó el tenista en una entrevista para Rolex.
Recordó que Pete Sampras fue a presenciar las finales, pues afirmó que quería estar presente cada vez que alguien tuviera la oportunidad de batir su récord.
“Björn Borg y Rod Laver también asistieron, John McEnroe era el comentarista… Muchas leyendas del tenis estaban allí. Cuando salí de la pista, recuerdo que todos vinieron a felicitarme por haber batido el récord. Fue magnífico sentir el cariño de la familia del tenis, lo cual es muy importante para mí”, confesó.
Y concluyó que cada vez que se pone el Rolex recuerda esos momentos felices de su vida. Y recuerda, también, que, “si no te esfuerzas en lo que haces, otros lo harán y, con el tiempo, te acabarán superando”.
Por ello, agrega, es importante mantenerse inflexible y firme, pero siempre ser justo y jugar con estilo.
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Foto: Rolex
Reveló que batir récords nunca tuvo mucha importancia para él. Por el contrario, sus objetivos siempre fueron muy sobrios: quizás figurar entre los 100 mejores del mundo, o entre los 10 mejores, pero no más.
Sin embargo, poco a poco se dio cuenta de que podría ser el primer jugador suizo en convertirse en número uno a nivel mundial.
El día anterior, el 27 de enero, la embajadora de Rolex, Caroline Wozniacki, levantó igualmente la copa, al ganar el individual femenino, luciendo un Rolex Daytona platino, cuyo bisel y esfera están completamente engastados con diamantes.
Así gana terreno Rolex en las canchas más emblemáticas y afianza su presencia en los torneos más importantes.