Ya sabemos que, cuando se trata de vivir como un sibarita, Luis Miguel no se anda por las ramas. El cantante vive nuevamente un auge en su carrera después del estreno de su serie en Netflix y, con su nueva serie de conciertos en la Ciudad de México, seguramente su billetera crecerá nuevamente.
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Si tú eres de los afortunados que disfrutará de su música en vivo durante sus fechas de julio, octubre o noviembre, tienes que saber que, antes de salir al escenario, ‘El Sol’ tiende a brillar con más fuerza que nunca debido a las exigencias que solicita para estar cómodo.
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¿Alguien dijo excentricidades?
Y es que no es un secreto para diversos medios de comunicación que el cantante puede llegar a extralimitarse. De acuerdo a La República, por ejemplo, en Viña del Mar 2012, llegó a pedir “120 toallas blancas, de las cuales sólo utilizó tres”.
En ese mismo festival, el interprete de La Incondicional, se trasladó en un Mercedes-Benz C500 acompañado de chofer y guardaespaldas. Asimismo, requirió un cuerpo de seguridad de 20 personas -10 de ellas mujeres- y dos tanques de oxígeno para su camerino.
‘Con lo bien que te ves…’
Como todo buen Gentleman, también le encanta el buen Grooming, es por ello que entre sus solicitudes también se encuentran productos La Mer. Para que te des una idea, la icónica Crème de la Mer tiene un precio de 43 mil pesos en su edición de 500 mililitros.
Lujos y más lujos
En otra ocasión, durante su gira del año 2004, se reportó que para su estancia en la capital de México, Luis Miguel pidió hospedarse en la suite principal de un hotel ubicado en Polanco, también consintió a su staff tras reservar 50 habitaciones más.
También se ha revelado que LuisMi es un apasionado coleccionista de relojes Rolex y, para sus conquistas, declina por Bvlgari.
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Limusinas blindadas, centenares de botellas de agua Fiji que al final permanecieron intactas y exclusivas suites con hidromasaje, son algunas de las exigencias que los trabajadores próximos al artista han declarado en los últimos años.