¿Sastrería bespoke en tiempos de pandemia? Sí, y así se adaptó la industria

Aunque los maestros sastres están bien acostumbrados a llevarse trabajo a casa, hay una labor para la cual no estaban preparados: la aparición de un virus que hizo que todas sus boutiques cerrarán. ¿Cómo seguir haciendo trajes a la medida? ¿Cómo ajustarlos a la perfección a través de una computadora? Cuatro grandes casas de la sastrería —Stefano Ricci, BLVDier, Huntsman, Steed Bespoke Tailors of Savile Row— compartieron la forma en la que las restricciones de quedarse en casa los empujaron a improvisar. 

1. Sastrería: más que un trabajo, una pasión

Filippo Ricci, director creativo de Stefano Ricci, opina que aunque los sastres siempre se encuentran trabajando en algo, un ajuste por aquí o por allá, su creatividad no para, siempre están creando nuevo modelos o explorando ideas innovadoras, y eso es lo que les ha enseñado la cuarentena, a explotar todos sus skills. Para Ed Turco, director de Huntsman Estados Unidos, aunque las boutiques están cerradas y los viajes suspendidos, los maestros sastres y cortadores no se detienen, pues decidieron improvisar talleres en sus casas para seguir con los trabajos que tenían en fila y no fallarle a sus clientes. Otras de sus estrategias consisten en enviar los pedidos pendientes desde la tienda que abra primero, ya sea la de Nueva York o Londres, y así asegurar que el cliente los tenga de inmediato; así como sugerirles redescubrir sus guardarropas para detectar lo que ya necesita cambiarse y, obvio, asegurarse una futura venta. 

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2. Precisión y detalle ante todo

Cuando pensamos en un traje a la medida de un cliente cuyas tallas se tienen registradas no hay mayor problema, pues ciertas asesorías o consultas se pueden hacer de manera virtual. Sin embargo, ¿qué pasa con los nuevos? Para Matthew Deboise —socio gerente de Steed Bespoke Tailors of Savile Row— y Zach Uttich —fundador de BLVDier— es mejor sugerir ponerlos en espera hasta que un profesional pueda tomar las medidas en persona, ya que si algo distingue a la alta sastrería es la precisión y el “cutter’s eye” del maestro que es capaz de notar las diferencias sutiles en las formas del cuerpo de una persona, y eso en una computadora no es posible.

3. Nuevos tiempos, nuevas formas

Como ahora trabajamos desde casa, la “necesidad” de trajes en la cuarentena se redujo, aunque no por eso el estilo, y todas las marcas han decidido adaptarse de diferentes maneras. BLVDier vio una oportunidad y diseñó un par de pantalones con cordón, uno en algodón elástico y otro en lana peinada, que aunque tienen una apariencia informal, es más pulcra. Ricci, por su lado, decidió ampliar sus prendas de punto y lanzar outfits de jogging en cashmere y seda. Deboise incrementó sus pedidos de chaquetas sin estructuras marcadas, algo más causales, para estar más cómodos y ligeros.

4. Prepararse para el regreso

Mientras mayo se acerca, es inminente tener un plan escalonado de reapertura, sin olvidar lo aprendido en la pandemia. Por ejemplo, Turco ya tiene citas programadas a mediados de ese mes, aunque considera hacer traslados terrestres en vez de ir en avión. Mientras que los talleres de Ricci han echado a andar un programa de reapertura que contempla no sólo la distancia social y el uso de mascarillas y guantes, sino un control de temperatura de sus empleados y que se les haga la prueba de coronavirus a todos. 

¿Crees que lo han hecho bien?