Presentan un cubrebocas que no tapará el rostro de sus usuarios

Una firma de diseño propone una personalización extrema de los cubrebocas n95 recomendados por la OMS para prevenir riesgos de contagio.

Sin querer aprovecharse de la profunda crisis que supone la
propagación del coronavirus, una firma de diseño de San Francisco apuesta por
llevar el término “personalización” al extremo.

Bajo el nombre de Resting Risk Face la empresa propone una solución para que poder utilizar los cubrebocas recomendados por las instancias de salud, sin tapar el rostro de los usuarios.

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cubrebocas

A prueba de reconocimiento facial

¿De qué se trata la idea? Tan simple o tan complejo como se
quiera ver, la base de esto radica en una impresión digital de la parte del
rostro que queda cubierta por el cubrebocas n95.

A través de una aplicación web se carga la imagen del rostro
del usuario del cubrebocas, se obtienen una prueba que ajuste exactamente y una
vez logrado esto se imprime.

Incluso la banda elástica de la mascarilla se imprime al color de la piel del usuario.

La impresora utiliza tintas hechas de materiales naturales. No son tóxicas y no afectan la transpirabilidad.

De acuerdo con sus creadores esto permite proteger a las
personas de las epidemias virales y al mismo tiempo que le posibilitan desbloquear
su teléfono a través del reconocimiento facial.

El precio tentativo

En el sitio de internet de la firma de diseño se deja en
claro que todavía se hacen pruebas para poder garantizar que estas impresiones
burlan totalmente el sistema de reconocimiento facial de los dispositivos
móviles.

En algunos casos se sugiere incluso programar este servicio con la mascarilla puesta.

cubrebocas2

Asimismo, se hace hincapié en que no se elaborará este
producto mientras se mantenga una situación de escases de cubrebocas a nivel
mundial.

El precio tentativo una vez que pueda salir al mercado sería
de 40 dólares, cerca de 750 pesos.

La crisis de los cubrebocas

Y es que la crisis desatada por el coronavirus ha llevado a
que las mascarillas se vuelvan un producto de alta necesidad, elevando el
precio muy por encima de la demanda.

De hecho, hay reportes que indican que se han llegado a cotizar algunos cubrebocas en más de mil euros, debido al temor que ha desatado la epidemia.

Más allá del riesgo de contagio, los diseñadores ven en la
mascarilla impresa, una oportunidad de humanizar la imagen de los doctores.