En una tierra de tequila, cerveza, mezcal, pulque y donde el vino apenas pelea por hacerse de un lugar, la empresa Ultramarino decidió embarcarse en la aventura de introducir el consumo del sake a la cultura mexicana.
La compañía nacional distribuye actualmente bebidas de cinco casas productoras niponas, así como el primero producido completamente en el país: Nami, vocablo japonés que significa “ola”, palabra elegida por la productora debido a la importancia que ha tenido este fenómeno marítimo en el desarrollo de todas las civilización antiguas, así como del ser humano.
Muchas son las teorías sobre el origen del sake, sin que una se imponga sobre las demás. Entre las pocas certezas que existen en torno a su origen, sabemos que nace como parte de un ritual de agradecimiento por la cosecha del arroz, que a su vez es su ingrediente principal.
Esta bebida está arraigada con la práctica del agradecimiento dentro de la cultura japonesa. Motivo por el cual, dicho licor no tiene denominación de origen, pues su esencia es compartir.
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Iván Ojeda, mixólogo de Estudio Millesime, creó un cóctel con Nami como licor principal. Además de sake, lleva agua de jengibre y limón. No contiene gluten, sulfitos, taninos y tampoco tiene residuos de azúcar.