Longines refresca sus icónicos relojes Flagship Heritage de los años 50 con un toque de oro que los vuelve atemporales
Fotografías: Longnines

Lo retro nunca pasará de moda y menos en la relojería, es por eso que Longines ha decidido homenajear al modelo histórico Flagship de los años 50 con una nueva colección Flagship Heritage compuesta por tres versiones combinan dominio técnico y elegancia atemporal en nuevos colores y un medallón de oro.

Flagship fue una de las primeras colecciones de la marca del reloj de arena que pronto se convirtió en el buque insignia de una flota, cuando está en el mar, y la bandera oficial de su capitán al mando, un modelo ta perfecto que realmente ha necesitado pocos cambios, de hecho, fue hasta 2023 que se incluyo la función de fase lunar.

Este año la firma amplía su colección con estas nuevas versiones con esferas efecto rayos de sol en beige habana, antracita y verde que combinan dominio técnico, estética y un homenaje a los primeros modelos.

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Flagship Heritage el legado marino continúa

Además de los nuevos tonos en las esferas disponibles por primera vez en esta colección de Longines, los nuevos Flagship Heritage cuentan con una caja de 38.5 mm acero inoxidable con fondo atornillado y un diseño tanto sobrio como atemporal que mantiene la elegancia marina.

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La caja de estos relojes presenta un acabado satinado, con asas acortadas y biseladas que se adaptan a cualquier muñeca. Por dentro se alimentan de un calibre L899.5 exclusivo de Longines, que incluye una espiral de silicio y componentes innovadores con lo que se

consigue una resistencia a los campos magnéticos diez veces superior a la norma de referencia ISO 764. Este movimiento mecánico con cuerda automática presenta una función de fase lunar, y dispone de una reserva de marcha de hasta 72 horas.

Otro guiño al modelo original de 1957 en los Flagship Heritage son sus esferas abombadas, en de rayos de sol en beige habana, antracita y verde, están realzadas por once índices aplicados, chapados en rodio u oro rosa y alargados a las 3, 9 y 12 horas. Además de integrar Super- LumiNova® para garantizar una legibilidad óptima, las agujas de las horas y los minutos están chapadas en rodio u oro rosa que hace juego con la Luna y las estrellas del indicador de fase lunar.

Pero sin duda uno de los highlights de esta nueva colección es el hecho de que mantienen el medallón de oro de 18 quilates estampado sobre el fondo atornillado del reloj que representa una carabela a toda vela sobre un mar azul intenso pintado a mano con esmalte. Un elemento presentado desde el primer modelo y que se ha convertido en el emblema de la línea de Longines.

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La creación de este medallón es un legado de experiencia artesana ancestral, y sigue un proceso minucioso y exigente. Se empieza por la preparación del esmalte. Los bloques tintados previamente se reducen a polvo gracias a un pilón de ágata. A continuación, se mezcla el esmalte con agua, tras lo que se aplica a mano delicadamente con la ayuda de un pincel muy fino sobre una base de oro que se ha estampado previamente.

A esta fase le siguen varias cocciones al horno a 800 ºC, con lo que se conseguirá la vitrificación del esmalte y una adherencia perfecta al metal precioso. Una vez fría, la pieza se somete a un lapidado preciso con lima de diamante, se pule el medallón para conseguir un acabado brillante, y se fija firmemente en el fondo de la caja.

Todos estos detalles hacen que las nuevas piezas de la colección Flagship Heritage sean una verdadera obra de arte relojera, misma que se complementa con correas de piel marrón, antracita o negra, equipadas con una hebilla Heritage de acero inoxidable.