Porque el sabor está íntimamente ligado al aroma, este año la firma cosmética L’Occitane se alió con Estudio Millesime para dotar a sus salones, alrededor del mundo: Ciudad de México, Panamá, Santiago de Chile, Lima, Bogotá y Miami, de una misma identidad, susceptible de ser percibida a través del olfato.
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Estudio Millesime, como club gastronómico, considera que los aromas son parte imprescindible en el juego de las sensaciones y quiere distinguirse, desde la primera impresión, cuando alguien pone un pie en cualquiera de sus espacios y reconoce que está en el lugar indicado.
Por ello, apenas al llegar, será la fragancia Baux la encargada de dar la bienvenida con sus aromas de vainilla, pimienta rosa, incienso y cardamomo; mientras que, en los sanitarios, la lavanda, conocida en Provenza como “oro azul”, revivirá los sentidos y ofrecerá un momento de relajación y bienestar.
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Y es que la región francesa que inspira esta fragancia representa la frescura y la luz que deben regir estos rincones en particular, con la potencia aromática de las plantas y flores que ahí se dan, además de los hermosos paisajes que se han vuelto parte de las cualidades de L´Occitane.
Al mismo tiempo, estos exóticos aromas sirvieron de inspiración para que distinguidos mixólogos y reposteros crearan un cóctel y un postre especial, inspirados en las intrigantes notas de las fragancias revelación de L’Occitane.
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De esta manera, quedó demostrada la estrecha e íntima relación que existe entre el perfume y la gastronomía, especialmente en la pastelería, como una herramienta de seducción y marketing que tanto los chefs como las grandes marcas de cosmética han sabido utilizar.
Estudio Millesime se sube así, a la cresta de la ola de una tendencia aromática en la gastronomía que tiene el objetivo de generar una mejor experiencia con mayor valor agregado, a través de la personalización y la diferenciación.