Ferrari tiene una larga historia de superdeportivos, pero no todos se han llevado el sello de icónicos, solo aquellos que a pesar del paso del tiempo siguen siendo recordados y alabados por los puristas de los autos merecen tal distinción y uno de ellos es LaFerrari.
La edición limitada que hizo su debut en el Salón de Ginebra de 2013, de cara a su aniversario número 10 sigue siendo uno de los grandes Ferrari de todos los tiempos, no solo por ser el primer automóvil de producción de la firma italiana en utilizar energía híbrida eléctrica, sino por cada uno de sus componentes que hoy te invitamos a recordar.
LaFerrari una década como ícono superdeportivo
Tal como su nombre lo indica este modelo llegó como el Ferrari definitivo de su época y el superdeportivo de edición limitada definitivo de su tiempo.
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Su diseño siguió la línea de sangre de los clásicos de edición limitada como el 288 GTO, F40, F50 y Enzo y durante un buen tiempo fue el Ferrari de carretera más potente y veloz de la historia (hasta la lelgada del SF90 Stradale).
Fue el primer modelo de producción de la firma en utilizar energía híbrida eléctrica, tecnología que como es costumbre, fue tomada de la Fórmula 1 y la Scuderia Ferrari en la temporada 2009, para completar su poderoso corazón V12.
El potente latido de LaFerrari proviene del motor atmosférico más potente de la historia de Maranello: el V12 de 6,3 litros capaz de producir unos imponentes 800 CV a 9000 rmp. Y el motor eléctrico adicional de 163 CV funcionó a la perfección junto con el V12 para aumentar la potencia total a unos asombrosos 963 CV.
Este sistema KERS no solo ayudó a que el auto fuera asombrosamente rápido –con una velocidad máxima de 350 km/h y una aceleración de 0 a 200 km/h en 6.9 segundos–, sino que también lo hizo extremadamente manejable, lo que lo hizo ser aclamado como uno de los mejores sistemas de propulsión en la historia de la firma, pues a diferencia de otros híbridos su respuesta fue lineal y natural.
La innovación tecnológica de LaFerrari no se queda solo en su tren motriz, su chasis de fibra de carbono liviano tenía la aerodinámica más avanzada de su época que mezclada con la activa que incluía aletas en los difusores delanteros y traseros, una paleta guía debajo de la carrocería delantera y el alerón trasero activo, resultó en una mayor carga aerodinámica para mejorar las curvas y el frenado, pero con una resistencia mínima.
Su diseño imponente y hermoso con capó bajo, guardabarros musculosos y una estructura realmente definida lleva el sello de más de uno de los clásicos de Ferrari de los años 60. Mientras que en el interior, fue el primer Ferrari con una pantalla de instrumentos digital reconfigurable y se añadieron más controles al volante, estilo F1, además de una caja de cambios de siete velocidades en un elegante alerón flotante.
Como todos los vehículos de edición limitada LaFerrari fue técnicamente pionero y marco el rumbo para los futuros superdeportivos italianos, no solo por su poder híbrido, sino por ser ágil y receptivo a la hora de conducir dentro y fuera de la pista.
Y como es de suponer con los mejores Ferrari, LaFerrari fue una edición estrictamente limitada, solo se construyeron 499 coupés, a las que le siguieron 210 versiones Aperta de techo abierto. Aunque en 216 se construyó el número 500 como un encargo especial del CEO de Ferrari, Sergio Marchionne, el cual se vendió por $7.5 millones de dólares para apoyar a las víctimas del terremoto que en ese mismo año sacudió el centro de Italia.