La nueva residencia en la cual Harry y Meghan están pasando la cuarentena en Los Ángeles, sin duda es digna de la realeza
Escondida en las montañas de la exclusiva zona de Beverly Hills, la gigantesca propiedad de Tyler Perry, que en este momento está siendo ocupada por los ex-royals, se encuentra ubicada en la comunidad de Bendly Ridge, conocida por estar compuesta por tan solo catorce lujosas propiedades.
Si bien la mayoría de los nuevos vecinos de Duquesa y el Príncipe en Beverly Ridge no son famosos, muchos de ellos son empresarios ricos y de bajo perfil de China e Indonesia, los propietarios actuales incluyen a la viuda de Johnny Carson, Alexis Maas, el productor Eric Weider y el desarrollador Robert Rivani.
Con más de 2,300 metros cuadrados de espacio habitable, la casa temporal de Harry y Meghan prestada por Tyler Perry, fácilmente califica como una mega mansión.
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Los registros revelan que Perry adquirió la propiedad de 22 acres de Coldwater Canyon en 2004 y posteriormente gastó incontables millones construyendo a medida el gigante de estilo toscano, en el que están disponibles ocho dormitorios y doce baños.
Toda una fortaleza
La fortaleza de alta seguridad no solo se encuentra dentro de un enclave cerrado con una puerta de acceso que limita las entradas y salidas, sino que también cuenta con una gran cantidad de cámaras de seguridad y un sistema de alarma de última generación.
Según los informes, Perry tiene su propio equipo de seguridad privada que supervisa las instalaciones en todo momento, lo que hace que la finca sea una opción residencial ideal para una familia joven de fama mundial.
Tyler Perry y su amor por las grandes propiedades
Perry ha sido conocido por su apetito desenfrenado por las propiedades gigantescas.
Hace algún tiempo fue poseedor de una casa con más de 3,000 metros cuadrados, ubicada en los lejanos suburbios de Atlanta, lugar que después sería vendido por 17.5 millones de dólares en 2016.
Entre las propiedades actuales de Perry están incluidas un enorme complejo de Georgia con su propia pista de aterrizaje privada, una casa de 1,500 metros cuadrados en Fairburn, Georgia, y una residencia de 780 metros cuadrados en otras partes de la misma ciudad.
Por su parte, Meghan y Harry actualmente están comprando una propiedad permanente en Los Ángeles, una que tiene una etiqueta de precio de ocho cifras acorde con su posición real, buscando a través de todos los códigos postales más caros de Los Ángeles para encontrar el lugar perfecto en el que por fin puedan asentarse.
Con información de Robb Report USA.