En el mundo de los aficionados al tabaco premium, marcar las diferencias entre puro y habano es crucial. Si bien ambos comparten el arte de la fabricación manual y la cuidadosa selección de hojas, el habano emerge como una joya única, arraigada en la rica tradición cubana donde la materia prima es tabaco negro cubano.
IEPT, compañía especialista en la distribución y comercialización del portafolio de marcas de Habanos S.A. nos explica a detalle las significativas diferencias entre estos dos productos.
Diferencias entre puro y habano
El puro, en su esencia, abarca una variedad de vitolas elaboradas con hojas de tabaco de diversas procedencias. En cambio, el habano es una obra maestra que requiere mínimo de dos años de elaboración; el cual es cultivado y manufacturado de manera 100% artesanal exclusivamente en Cuba.
Video Recomendado
Su sabor inconfundible se teje a partir de la combinación perfecta de suelo, clima y expertise humano, ofreciendo una experiencia gustativa sin igual.
La denominación de origen para los habanos se debe a la singularidad y calidad distintiva de su materia prima: el tabaco negro cubano.
Esta designación legal protege y reconoce que ciertos productos, como los habanos, poseen características únicas y cualidades específicas derivadas del entorno geográfico en el que son producidos.
El microclima, la composición del suelo y la tradición agrícola en las regiones tabacaleras de Cuba contribuyen de manera única a la calidad y sabor del tabaco utilizado en la fabricación de los habanos.
La denominación de origen garantiza que solo las vitolas producidas con tabaco cultivado en la isla, y bajo estrictos estándares de producción, puedan llevar la etiqueta de “habano”.
Esta protección legal no sólo preserva la autenticidad del producto, sino que también respalda la reputación internacional del habano como un símbolo de excelencia y artesanía cubana en el mundo del tabaco Premium.
Cada calada de un habano es un viaje sensorial. Desde la dulzura inicial hasta las complejas capas de sabores que se despliegan en el paladar, la meticulosa fermentación y añejamiento de las hojas, combinadas con la maestría artesanal de los torcedores cubanos; dan como resultado un producto que trasciende tercio por tercio durante su fumada, convirtiéndose en un ritual apreciado por conocedores.
Podemos decir entonces, que las principales diferencias entre puro y habano son su origen y sus procesos, pues para la fabricación de un habano hay más de 500 procesos manuales durante la cadena de producción.
Mientras que el puro puede ser una elección pragmática, el Habano es la elección de aquellos que buscan sumergirse en la autenticidad y la excelencia que solo la tierra cubana puede brindar. Si quieres saber más al respecto, visita este enlace y las redes sociales @ashersmexico para seguir sorprendiéndote con la tradición e innovación de estos productos.