
El último ‘juguete’ de Vladimir Putin se viene preparando desde 2012 y por fin está listo. La nueva limusina del presidente de Rusia ha reemplazado su tradicional Mercedes S600 Pullman y, aunque el fabricante alemán es un referente de lujo, el Proyecto Kortezh -‘cortejo’ por su traducción al español- lo lleva a un nuevo nivel.
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Rumbo al Palacio de Kremlin en Moscú, el mandatario lució su nuevo vehículo presidencial fabricado en Rusia por la compañía Aurus, una incipiente firma de automóviles de lujo.
Así es como luce
Con un elegante diseño recuerda ligeramente al de un modelo Rolls-Royce, esta limusina ha dado de qué hablar los últimos meses, principalmente por sus prestaciones que, aunque no se ha confirmado, parecen provenir de un motor V12 de 850 caballos de fuerza desarrollado por Porsche.
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El bólido proporciona a sus pasajeros lo último en seguridad con mecanismos de filtración de aire antiquímicos, un poderoso blindaje contra balas e incluso explosiones y Run-Flats, unos neumáticos de alta tecnología que pueden rodar tras un pinchazo.
De acuerdo al diario Clarín, su habitáculo fue elaborado con lujosos materiales como maderas finas, piel para sus asientos y tejidos orgánicos. También con sistema multimedia para controlar diversas funciones del vehículo.
¿Cuánto cuesta?
La limusina Kortezh es de 125 mil dólares, pero en caso de que no fuera suficiente para el presidente ruso, se pondrán a su disposición tres opciones más: un sedán, un todoterreno y un monovolumen, cada uno de ellos equipado con sistema híbrido.
Asímismo, se planea que las principales figuras del Estado ruso cuenten con sus propios automóviles. En suma se dedicaron 220 millones de dólares al proyecto.
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Esta es la primera ocasión en la que el presidente ruso utiliza un vehículo nacional y su estreno ocurrió dentro del marco de su cuarta investidura como jerarca de su nación.