Para 2018, The Lillium podría convertirse en el primer avión para uso personal con despegue y aterrizaje vertical. Esta aeronave eléctrica abre camino a una nueva forma de viajar por el aire, más discreta, silenciosa y amigable con el ambiente. El aeroplano combina los beneficios que brindan helicópteros y aviones pero minimiza los inconvenientes que éstos generan, como la contaminación o el peligro provocado por sus hélices.
La meta es lograr el despegue desde prácticamente cualquier lugar (únicamente se necesita un área plana de 15 X 15 metros), tal como lo hace un helicóptero, pero que una vez que esté en el aire tenga se desempeñe como un avión y pueda alcanzar los 400 km/h a 3 km de altura.
A bordo de The Lillium caben dos pasajeros. Para pilotearlo se necesitará una licencia, avalada por al menos 20 horas de entrenamiento. La intención es utilizarlo en vuelos recreativos que tendrán que realizarse de día y con buenas condiciones climáticas. Cuenta con touchscreen, tren de aterrizaje retráctil, amplio espacio de almacenamiento, ventanas panorámicas, y una batería que se puede recargar desde cualquier enchufe en la pared.
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Si el proyecto resulta exitoso, la compañía realizará su primer vuelo tripulado experimental el próximo año, con ayuda de un inversor de capital de riesgo, y en 2018 ya podrán conceder licencias e iniciar la producción inicial.