¿Te imaginas conduciendo un Tesla en la inmensidad del espacio?

Sí, el descapotable eléctrico más famoso del mundo, Tesla, abandonó este martes la órbita de la Tierra a bordo del primer cohete Falcon Heavy, fabricado por otra de las compañías del innovador Elon Musk: Space X.

Sin embargo, parece que el maniquí que conduce el vehículo no podrá cumplir su objetivo de encaminarlo a Marte.

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Según lo explicó el propio CEO de la armadora estadounidense en su cuenta de Twitter, al cabo de tres igniciones del propulsor al que va fijado el coche, la trayectoria precisa para encaminarse a la órbita de marciana se excedió.

Por lo que ahora, el flamante auto color rojo cereza, con la canción Space Oddity de David Bowie sonando en su estéreo, se dirige hacia un cinturón de asteroides, donde se estima que permanecerá indefinidamente.

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Un acto polémico que muchos califican de truco publicitario para el Tesla. Lo cierto es que nadie podrá negar que es uno muy atractivo e innovador, que, además, marca un nuevo hito en la carrera espacial moderna, independientemete de sus finales resultados.

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Y es que, de acuerdo con algunas publicaciones científicas, como la revista especializada Live Science, el flamante deportivo que ahora orbita alrededor del planeta, a una velocidad de alrededor de 11 kilómetros por hora, desaparecerá antes de que podamos darnos cuenta.

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Como sea, Elon Musk lo volvió a hacer: puso los ojos del mundo sobre él, sus creaciones (el auto y el cohete) y sus empresas (Tesla y Space X).

La pregunta que salta al aire es cuál será la siguiente hazaña que este visionario ponga sobre la mesa o quizá debamos decir, sobre la Tierra.