Ruta valdostana en un GlC Coupé

Así, rodeados por los macizos más colosales de Europa, como el monte Cervino, Monte Rosa y Gran Paradiso, el valle de Aosta fungió como escenario ideal para disfrutar del manejo de este portento. Pero más allá del escenario, la gente oriunda del valle es de otra estirpe. Bajo el dominio francés durante la Alta Edad Media, para el siglo XIX pasó a formar parte del Reino de Italia —la provincia de Turín, para ser exactos—. Sin embargo, con el fin de preservar el patrimonio francoprovenzal del valle, luchó para que la región fuera declarada autónoma en 1948, regida por su propia constitución.

Cada año los valdostanos orgullosamente independientes se reúnen para presenciar la Bataille de Vatse o Batalla de las Reinas, una lucha extraña pero apasionada entre vacas por el título de Reina di Cordón o de la leche. Esta vez no había batalla; sólo una serie de leviatanes en la forma de coupés musculosos cuyo carácter deportivo va más allá de la apariencia —un coupé dinámico con esteroides, por decir algo—, una combinación de innovaciones tecnológicas.

“Italia remite a las cosas hermosas de la vida —comenta Hubert Schneider, director de Evaluación de Vehículos para la clase GLC de Mercedes-Benz—. Hemos venido al lugar preciso para conocer la GLC Coupé. Con mucha sustancia y apariencia elegante, esta novedad es un talento por cualquier lado que se le vea”.

El reto era complicado: compaginar los requisitos de un SUV multifunción con las expectativas que despierta un coupé dinámico, exige lograr un equilibrio entre el plano emocional y el racional. Así, la armonía entre conceptos opuestos se manifiesta en la vista lateral del GLC Coupé, de 1.60 metros de altura, y en la línea de techo estilizada típica de un coupé deportivo.

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A primera vista, el GLC es dinámico y compacto, debido a una longitud exterior de 4.73 metros, una altura de 1.60 y una batalla de 2.87 metros. Su singularidad resulta de la parrilla de efecto diamante típicamente cou- pé, con una sola lama, y del techo de línea descendente que comienza en el montante delantero, más horizontal; la línea del techo dibuja una silueta baja y culmina en una zaga de coupé uida y enérgica.

Ya en la carretara valdostana, además de la suspensión deportiva estándar, probamos el Air Body Control —una suspensión neumática controlada electrónicamente—, y el Dynamic Body Control, que permite al conductor seleccionar las características básicas de los amortiguadores. El conductor también puede elegir el modo de transmisión (Eco, Comfort, Sport o Sport Plus; éste último acorta los tiempos de cambio de manera efectiva con los cambios ascendentes y descendentes posteriores anteriores y, además, reduce la altura de la carrocería en 15 mm). La respuesta al acelerador es espontánea y la dirección asistida se reduce para el tacto de dirección más preciso.

Llegamos al Grand Hotel Billia en Saint Vincent, 156 km después de nuestra partida, después de cruzar por villas pintorescas, curvas, subidas y descensos a 2 mil 600 metros sobre el nivel del mar, y el leviatán se comportó a la altura al tomar gradientes elevados con gran facilidad. Es en denitiva el deportivo de las SUV deportivas.

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