El Raging Bull es un gigante de las pistas y las carreteras, aclamado por el público por sus motores que rugen, su potencia inigualable y su diseño representativo, siempre elegante, pero que no perdona la estética de un superdepotivo imponente, digna de la de un ‘toro’ de la marca.
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Uno de los modelos más representativos de Lamborghini es el mítico Huracán, que destaca entre sus hermanos por sus caballos de fuerza, aerodinámica y entrega. Así, la automotriz puso a prueba seis vehículos de dicho modelo, que incluyen Cuopés y Spyders, e, incluso el Performante, en una de las carreteras más complicadas y demandantes del mundo: Transfăgărășan en Transilvania, una ruta que se eleva hasta lo más alto de las montañas de Rumania, mientras cruza tierras áridas y valles frondosos.
El poderosos convoy partió de la ciudad de Sibiu, cruzó el pueblo de Cartisoara y dio vueltas, en diversos giros de horquilla, que cortaron por las legendarias montañas Fagaras. Más tarde, los bólidos arribaron a la cima más alta en el lago Balea, para, después, bajar hacia la espectacular presa Vidraru, sobre la que se levantan las ruinas del castillo de Vlad III de Wallachia, mejor conocido como Vlad Drácula, quien inspiró el personaje principal de Bram Stoker para su emblemático libro.
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El recorrido fue toda una aventura, en la que cada vehículo fue capaz de sobrellevar los obstáculos de las diferentes condiciones, mientras demostraron que no sólo son deportivos pensados para pistas planas; sino que están listos para conquistar cualquier situación.
Si pensabas llevar tu Huracán a algún lugar con campos desconocidos, no lo dudes más y hazlo una realidad.