Aunque han sido vistos con escepticismo por muchos expertos de la aviación convencional, el primer avión impulsado por hidrógeno está a nada de convertirse en algo real.
Los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Delft, que se autodenominan el equipo AeroDelft, acaban de revelar un prototipo llamado Phoenix PT, que completó las pruebas en tierra sin tripulación.
Cómo es el primer avión impulsado por hidrógeno
El primer avión impulsado por hidrógeno tiene un peso de 113 libras, con 2 libras de hidrógeno líquido para su vuelo inaugural que le dan un alcance estimado en 311 millas y un tiempo de vuelo de hasta siete horas.
Sin embargo, se espera que al final, la aeronave presente una envergadura de 164 pies y albergue hasta 22 libras de hidrógeno líquido para un alcance superior a las 1,243 millas y un tiempo de vuelo de hasta 10 horas.
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Por qué hidrógeno
Los estudiantes de AeroDelft eligieron hidrógeno líquido para alimentar su avión no sólo porque es el elemento más liviano del mundo, sino porque es posible acumular tres veces la energía de los combustibles fósiles sin emitir gases de efecto invernadero. Emite solo vapor de agua.
La nave Phoenix está diseñada, también, para tener un perfil de ruido inusualmente bajo, con un motor eléctrico montado en la cola.
El proyecto se inició desde 2018 con estudiantes de 23 nacionalidades, y se espera que el próximo año se realice un vuelo inaugural. Hacia 2015 la meta es hacer un primer vuelo alrededor del mundo y el primer avión comercial propulsado por hidrógeno comenzaría a operar en 2035.
Airbus también planea volar su primer avión comercial de cero emisiones ese año. Su programa ZEROe está analizando diferentes configuraciones y tecnologías para la energía del hidrógeno.
Si bien el hidrógeno líquido es el combustible de elección para el programa espacial, convertirlo en el combustible principal de los aviones comerciales tiene sus desafíos.
Los diseñadores deberán asegurarse de que su almacenamiento a bordo de futuras aeronaves sea tan seguro como los aviones comerciales existentes, al tiempo que desarrollarán instalaciones de almacenamiento de hidrógeno en los aeropuertos.
La extracción de hidrógeno actual consume mucha energía, por lo que se están explorando formas de recolectar “hidrógeno verde” mediante la electrólisis del agua.
La Universidad de Delft también logró otro hito en septiembre pasado, demostrando con éxito un prototipo del Flying V , un diseño de ala combinada que promete ser mucho más eficiente en combustible que los aviones comerciales tradicionales.
No sabemos si el avión impulsado por hidrógeno sea la solución que estamos esperando pero cualquier alternativa verde que se explore será esperanzadora.