Gill Schmid Design es una firma basada en Nueva York, que ha creado un súper yate en el que a los pasajeros les costará trabajo elegir hacia dónde dirigir su atención. Si ven hacia el frente, se encontrarán con impresionantes atardeceres en alta mar e instalaciones de la mejor calidad. Pero si voltean hacia abajo, podrán gozar de la vida marítima que se asoma por las albercas de fondo de vidrio de la embarcación.
El yate de 77 metros de largo es más bien un palacio flotante, con dos albercas que se conectan mediante una cascada en las cubiertas exteriores, jacuzzis de borde infinito, dos helipuertos, un spa y un casino.
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Tiene espacio para 18 huéspedes en sus nueve camarotes y una master suite con dos saunas para los dueños. Pero en caso de que la diversión a bordo no fuera suficiente, hicieron un garage donde caben dos tenders, un avión ICON y un mini submarino capaces de mantener a los más exigentes contentos y sin ganas de volver a pisar tierra firme.
El concepto, llamado Halcyon es un diseño que la firma neoyorquina realizó para un cliente privado y no han revelado el costo de construcción.