Aunque el nuevo sumergible DeepFlight Dragon puede sumergirse a una profundidad de hasta 400 pies por debajo de la superficie de un océano o un lago, es tan fácil de operar como cualquier moto acuática. De hecho, debido a que el sub se controla con una palanca y un joystick, maniobrar esta embarcación evoca el jugar un videojuego. The Dragon está diseñado con asientos en tándem, y cada cabina tiene su propio equipo de control. Dos pares de hélices verticales – una en la nariz y otra en la de popa – permiten al destinatario flotar en las profundidades. A su vez, The Dragon utiliza un par de propulsores fijos montados en la cola para virar, y cuando éste se inclina o roda, el sistema de estabilización patentado de DeepFlight ayuda al sub a mantenerse a nivel.
The Dragon es inherentemente flotante, por lo que en caso de una falla mecánica que apague los propulsores, éste flotará automáticamente en la superficie. El modo abordo DeepFlight Dive Manager también permite preestablecer restricciones de profundidad (y otras limitaciones) para evitar que el sub choque con el fondo del océano, arrecifes de coral, u otros objetos sumergidos. Por otra parte, el sistema de propulsión eléctrico de The Dragon permite al sub navegar en silencio a una velocidad de unos 4 nudos. Finalmente, el sistema funciona con un paquete de baterías de fosfato de litio-hierro, que ofrecen alrededor de 6 horas de funcionamiento con una sola carga.
Pesa alrededor de 4,000 libras y cuenta con una longitud de 16 pies. Está disponible con remolques personalizados que hacen que el sub sea tan fácil de transportar como de operar.
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