La buena noticia, hizo su debut el Mercedes-AMG One de 1,063 HP. La mala, ya se agotó

Fiel a su ADN, Mercedes-AMG continúa dotando a sus autos de su exclusiva mezcla entre ciencia y espíritu. Llevando a la realidad su visión de un vehículo que nunca se rinda hasta que lo imposible suceda fue como finalmente le dio vida al Mercedes-AMG One.

Usualmente Mercedes-AMG sabe como cautivar a la industria automotriz, sin embargo, esta vez optó por el ‘dos mentes piensan mejor que uno’ uniéndose al equipo Petronas Motorsport, ¿el resultado? Un vehículo listo para la carretera, pero capaza de conquistar la Fórmula 1.

 Mercedes-AMG One
Fotografías: Mercedes-AMG

La potencia de la Fórmula 1 en el nuevo Mercedes-AMG One

Quizá su apariencia no sea precisamente la de un monoplaza, pero internamente Mercedes-AMG One es una bestia híbrida perfecta para correr. Su poder proviene de un motor de combustión turbo y cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, el primero de ellos para el sigueñal y otro para el turbocompresor.

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Los cuatro motores eléctricos del eje delantero son capaces de girar a 50,000 rpm, a eso se le suma una distribución minuciosa del torque, la función Race Start y la eliminación del turbo lag, esta combinación permite que el vehículo pase de 0 a 200 km/h en menos de seis segundos y una potencia de más de 1,000 hp y una velocidad máxima de 350 km/h.

 Mercedes-AMG One
Fotografías: Mercedes-AMG

El sistema híbrido EQ Power+, con 800 voltios proveniente directamente de los monoplazas del Mercedes-AMG Petronas, es igual de impresionante al permitir que el Mercedes-AMG One pase de un modo de conducción a otro, desde solo eléctrico a dinámico.

Si de apariencia hablamos, el hypercar presume de proporciones llenas de músculos, entradas de aire y rines de aluminio forjados con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 que mantiene la estructura cerca del suelo.

 Mercedes-AMG One
Fotografías: Mercedes-AMG

No muy alejado de las líneas del Project One que se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Alemania en el 2017, la carrocería en fibra de carbono conserva la forma curvilínea, incluidos los guardabarros gigantes delante y detrás.

Contrario al exterior, el interior es menos extravagante con un diseño radicalmente minimalista, asientos de cubo livianos y con la sorpresa de tener un volante de la Fórmula.

Este ejemplar está limitado a 275 autos que entrarán en producción a finales de este año, cada uno con un valor de 1,86 millones de euros aproximadamente, pero como podrás suponer ya todos tienen dueño y solo el tiempo dirá si este modelo algún día regresará.