El término “poder” es definido de diferentes maneras, casi siempre por quien lo expresa. En el caso de Gabriele Teruzzi lo precisó en el mega yate concepto Shaddai que trazó con proyección futurística, inspirado por las pirámides de Egipto y rascacielos, cuyo nombre significa “omnipotencia”: todo poderoso.
Tiene 150 metros de eslora; sin embargo, no es el largo lo que llama la atención, sino su altura. La cubierta superior se encuentra elevada a 38 metros, casi como si volara. En ella, la infinity pool forma una cascada que cae dese la terraza -100 metros cuadrados- a la segunda piscina ubicada en el deck que le sigue. Está ideada para contemplar la puesta de sol y “vivir la sensación de tener un poder extremo, rodeado por la inmensidad del mar y del cielo”. Bajo el piso principal está el Beach Club, con 300 metros cuadrados, resguarda un acuario y otra alberca volada.
La cabina “Owners Cabin” está en la cubierta suspendida. Los ventanales -van del suelo al piso- que la rodean permiten tener una vista panorámica al océano de 180º. Todos los materiales usados en el interior fueron escogidos por el diseñador, basados en las casas más importantes de haute couture italianas. Los tonos verdes, azules y turquesas aportan frescura y armonía náutica.
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Toda la embarcación se encuentra rodeada por amplia terrazas, zonas VIP, espacios para tomar el sol y lounges.
Por el momento, su proyección y maqueta 3D han sido terminadas. ¿Siguiente paso? Materializarlo. Su precio será de $250 millones de dólares.