No todos los días escuchas que un superyate de 283 metros de largo, mucho menos que una nave marina de tal magnitud podría sumergirse en el océano.
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Un hogar bajo el océano
Pero ya es una realidad gracias a la compañía austriaca Migaloo. La armadora es responsable de crear “los objetos privados más costosos del mundo”, según comentó su CEO Christian Gumpold para The Sun.
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Este superyate sumergible se encuentra disponible en distintos tamaños. El M7 -de 225 a 283 metros- cuenta con lujosas amenidades dignas de cualquier sibarita.
Los pasajeros encontrarán áreas privadas para propietarios e invitados, cine, helipuerto, piscina, jacuzzi y diversos juguetes acuáticos.
Asimismo, los afortunados dueños podrán disfrutar de su propia cava, relajarse leyendo algún título de la librería y disfrutar de los bares que ofrecen sus interiores. La movilidad, desde luego, no será un problema, pues también posee elevador.
Otro de sus highlights se encuentra en su comedor. El espacio para 36 personas está rodeado de ventanales, por lo que los comensales disfrutarán de la maravillosa vista marina mientras comen.
En cuanto a su ingeniería, su casco posee un trabajo de acrílico a presión diseñado bajo los estándares de la Marina Estadounidense. Cuenta con generadores MTU y baterías de litio.
A su vez, en la superficie, su velocidad es de 35 a 40 nudos, mientras que al sumergirse puede navegar a 20 nudos -por cierto, puede mantenerse bajo el océano varias semanas-.
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Migaloo también cuenta con máquinas de 72, 135 y 160 metros. Cada una con exclusivos servicios para satisfacer cada uno de los deseos de sus pasajeros.
Aunque no se sabe el precio exacto de los yates, The Sun reveló que podría acercarse a los 800 millones de euros o casi un billón de dólares.