
El fabricante de automóviles checo Skoda acaba de presentar un nuevo concepto de motocicleta totalmente eléctrica que es una encantadora oda a una motocicleta que la compañía construyó hace más de un siglo y un recordatorio de durante cuánto tiempo la movilidad en dos ruedas ha sido una característica de la vida moderna.
El Slavia B fue diseñado internamente y es el primero de lo que Skoda espera sean varios homenajes a clásicos.
Este nuevo lanzamiento rinde homenaje al antiguo Slavia B, fabricado por Laurin & Klement, la empresa predecesora de la Skoda actual.
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Romain Bucaille, quien habitualmente trabaja en exteriores para Skoda, es el diseñador de esta reciente creación y la describió como un agradable cambio de aires.

“Empecé con bocetos a lápiz; hacía tiempo que no dibujaba una motocicleta”, declaró Bucaille . “Pero lo mejor de dibujar en papel es que es instantáneo. No hace falta una pantalla; las ideas fluyen libremente”.
Skoda Slavia B
Una de las características que definen al nuevo vehículo Skoda Slavia B es el hueco donde, normalmente, se vería un motor en una motocicleta, como el V-twin de una Harley-Davidson, por ejemplo.
Este hueco está pensado para ser minimalista, al igual que el resto del diseño de la motocicleta. La bolsa de herramientas de cuero integrada es un guiño al pasado deportivo del antiguo Slavia B, en concreto al piloto Narcis Podsedníček, quien pilotó dicha máquina en la París-Berlín de 1901.

Bucaille describe la nueva Slavia B como una “coffe racer futurista de estilo Modern Solid”, haciendo referencia a un estilo de motocicletas popularizado en el Reino Unido en la década de 1960, conocido por su minimalismo y velocidad.
Por ahora, el concepto de Bucaille es simplemente un prototipo, y Skoda no ha confirmado si entrará en producción.
De ser así, sería una fascinante continuación del legado de Laurin & Klement. La empresa se fundó en 1895 como fabricante de motocicletas; sus primeros coches se fabricaron en 1905 y pasó a formar parte de Skoda en 1925.

Hoy en día, Laurin & Klement sigue existiendo como un elemento decorativo para dar un toque de lujo a coches como el Superb.
A principios del siglo XX, la marca era uno de los cientos de nuevos fabricantes que competían por fabricar bicicletas y coches, la mayoría de los cuales no sobrevivieron.
Sin embargo, Laurin & Klement sí lo hizo, al igual que Skoda, que ahora forma parte de Volkswagen. Que Laurin & Klement y Skoda sigan imaginando nuevas motocicletas después de más de 125 años de existencia es, en cierto modo, una señal de lo poco que ha cambiado la situación.
Publicado por Erik Shilling en Robb Report EE.UU.