75 años después de presentar su primer modelo de producción parece el momento oportuno para que Porsche revele el automóvil, o mejor dicho hypercar, con el que planea meterle velocidad al futuro y establecer el que será el parteaguas en sus diseños: Mission X.
Muchos han sido los vehículos Porsche que han hecho historia, pero lo que está por hacer este nuevo modelo es crear el futuro, ser la reinterpretación de un hypercar con propulsión ligera y una visión innovadora.
Lo cierto es que, así como en su momento lo hicieron el 959, el Carrera GT o el 918 Spyder, el Mission X también vendrá a establecer nuevos parámetros para los vehículos futuristas y especialmente para los elementos distintivos de Porsche.
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Porsche Mission X, creado para el futuro
Entre los aspectos más destacados de este modelo se encuentra su cúpula que se inspiró en la cabina de un avión. El vidrio liviano se lleva la mayor parte del protagonismo, mientras que un exoesqueleto de carbono abarca el espacio de ambos ocupantes.
El parabrisas Daytona proporciona mayor visibilidad cuando se conduzca en curvas cerradas además de dar la sensación de mayor amplitud.
Como todo auto en el que la aerodinámica es parte del ADN el diseño ligero se construyó a partir de estructuras de soporte arquitectónico en el que no hay ni un solo gramo superfluo. Además del peso, un alerón adaptable y extensibles junto a las luces traseras garantizan una carga aerodinámica óptima.
Un detalle distintivo son sus puertas estilo Le-Mans, también usado en el Porsche 917, un estilo como ala de mariposa que se abre hacia arriba en la parte delantera al estar unidas al pilar A y al techo, ofreciendo un acceso cómodo al interior,
Alumbrando el futuro se encuentran un par de faros principales verticales de cuatro puntos conectados a la estructura y como toque final está el color de la carrocería, Rocket Metallic, cuyo tono marrón se torna más oscuro según el ángulo desde donde se vea.
Una nueva experiencia al interior
Tan importante como el exterior es el interior que es donde el conductor se conecta con este modelo. La comodidad es parte clave y se logra con asientos personalizados y detalles que giran en torno a quien conduce.
Para ir con velocidad la ergonomía de los asientos es óptima, además la almohadilla superior se puede quitar para manejar con casco y los pedales también se ajustan. Todos los controles esenciales están ubicados en el eje del conductor y la vista muestra con claridad los datos del rendimiento, incluso el volante ofrece cuatro interruptores inspirados en los deportes de motor con empuñaduras de cuero que permiten que se puedan personalizar el sistema de control.
Una interesante innovación es que ahora el conductor puede compartir su experiencia con solo tocar un botón, el cual activará seis cámaras, tres interiores y tres exteriores, que capturan la pista, el conductor y el pasajero para luego crear automáticamente un video.
De lo que aún nos quedaremos con ganas es de conocer la potencia que el Porsche Mission X ofrecerá, la cual imaginamos será impresionante, aunque con este primer adelanto no damos por bien servidos.