“¡ES RAYO MCQUEEN!”, un joven gritó cuando el Dodge Viper GTC dio vuelta en la esquina. Tal vez se estaba refiriendo al color del auto: Go Mango, un vibrante color en tonalidades rojas y naranjas que apareció por primera vez en el Dodge Challenger de 1970. Ésta es una de las 32,000 tonalidades disponibles ahora con los modelos GTC y ACR que están listos para la pista. Esas opciones entran en las más de 50 millones de posibles configuraciones de construcción de Dodge en el programa de personalización “1 of 1” para el Viper. Para subrayar que el coche es verdaderamente único, cada GTC y ACR viene con una placa en el tablero con el nombre inscrito del propietario.
Con su silueta larga y baja y un motor V-10 de 8.4 litros que arroja 645 caballos de fuerza y 600 libras pies de torque, este Viper de quinta generación es tan descarado como sus predecesores. La sólida suspensión deportiva y el pedal de embrague rígido puede hacer la experiencia de conducir en la ciudad un poco laboriosa, pero en una pista – tales como las que están en la Escuela de Carreras Bondurant en Chandler, Arizona, donde cada nuevo propietario de Viper recibe un entrenamiento de cortesía de un día (véase “Aprenda el ABC de los SRT’s”, página 54) – el auto vuela en las rectas y se mantiene con firmeza al asfalto a medida que da vuelta en las curvas. El Viper GTC tiene un precio inicial de poco menos de $96,000 dólares.
(dodge.com)
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POR: LAURA BURSTEIN