La rivalidad entre las empresas aeroespaciales Blue Origin de Jeff Bezos y Space X de Elon Musk comenzó cuando ambas buscaban ser la primera en enviar un cohete fuera la Tierra, pero pronto avanzó a formar parte de los proyectos en conjunto con la NASA para descifrar los misterios del espacio.
En 2021, la NASA eligió a Space X para lanzar la misión DART, un proyecto que tiene como objetivo defender al planeta contra posibles choques de asteroides. Ahora quien se encargará de liderar la misión Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers (ESCAPADE) será ni más ni menos que Blue Origin.
Blue Origin es una de 13 empresas seleccionadas por la NASA para formar parte de los contratos de la agencia Venture-Class Acquisition of Dedicated and Rideshare (VARD) que a su vez son administrados por el Programa de Servicios de Lanzamiento de la NASA con sede en el Centro Espacial Kennedy en Florida.
ESCAPADE se lanzará en el cohete New Glenn de Blue Origin desde el Space Launch Complex-36 en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida a finales del siguiente año sitodo sale de acuerdo con el plan.
La misión tiene como principal objetivo el estudio de la magnetosfera de Marte, el área magnetizada del espacio alrededor del planeta, y serán enviadas dos pequeñas naves espaciales idénticas que proporcionarán observaciones simultáneas desde dos puntos.
Los estudios obtenidos proporcionarán información que ayudará a los investigadores a comprender mejor cómo la magnetosfera interactúa con el viento solar y cómo la energía y el plasma entran y salen de esta área.
Para ello cada satélite llevará tres instrumentos: un magnetómetro para medir el campo magnético, un analizador electrostático para medir iones y electrones y una sonda Langmuir para medir la densidad del plasma y el flujo ultravioleta extremo solar.
Después de salir de la orbita terrestre, ESCAPADE tardará casi 11 meses en llegar a Marte y una vez que las naves estén en la posición correcta pasarán algunos meses realizando ajustes en sus órbitas antes de poder ofrecer datos certeros.
Y si te preguntas de qué servirá tener toda esta información, según la NASA estudiar los diferentes tipos de magnetosferas brida a los científicos una mejor comprensión del clima espacial, lo que a su vez ayuda a proteger a los astronautas y satélites mientras orbitan la Tierra y exploran el sistema solar.