El legendario CEO de Chrysler, Lee Iacocca, tenía una frase que decía cuando estaba frente a las cámaras de televisión que anunciaban el último modelo de la compañía: “Si puedes encontrar un auto mejor, cómpralo”.
Si “Lido” existiera hoy (murió el año pasado a los 94 años), podría haber modificado su famoso dicho por: “si puedes encontrar una casa mejor, cómprala”.
La recién catalogada mansión del CEO de Chrysler es clásica, de estilo toscano.
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Tiene 3 mil 300 metros cuadrados y se ubica en Tony Bel-Air, California, donde vivió desde que se retiró de Chrysler en 1993.
Se trata de una finca cerrada, ubicada en Chalon Road, justo
al lado de Sunset Boulevard y a tiro de piedra del famoso Bel-Air Country Club.
Está tan próxima al Hotel Bel-Air de cinco estrellas que,
supuestamente, dejaron que Iacocca use una entrada lateral privada.
Máxima ganancia
La historia cuenta que tres años antes de que Iacocca comprara la propiedad de Bel-Air, la casa de nueva construcción había sido listada por los constructores por 11.9 millones de dólares.
Finalmente, se vendió a un comprador con sede en Hong Kong por 8 millones, pero antes de su finalización, este cambió de opinión y se retiró.
Los constructores incumplieron con el préstamo, el prestamista entró en la administración federal y el patrimonio terminó siendo recuperado por la FDIC con un valor cercano a los 7 millones.
Los registros muestran que el distribuidor de ruedas Iacocca la compró por un precio de 4.25 millones.
La propiedad acaba de llegar al mercado por 26 millones de dólares y si se vende a este precio, se habrá apreciado cerca del 600 por ciento.
Así es la mansión del CEO de Chrysler
Sentada detrás de puertas imponentes, la casa principal se
encuentra al final de un camino arbolado y ofrece cinco dormitorios y ocho
baños.
Además, hay un amplio apartamento para el personal y una casa de huéspedes independiente.
La elegante mansión del CEO de Chrysler presenta techos altos y artesanía meticulosa vista claramente en la acogedora biblioteca con paneles de madera y el gran comedor.
Arriba, la enorme suite principal es lo suficientemente grande como para tener su propia sala de estar, junto con baños gemelos, cada uno con chimenea y amplios vestidores.
Afuera, en el lote de más de un acre, hay una piscina y un spa junto a la casa principal y una cancha de tenis.
Escrito por HOWARD WALKER en Robb Report USA