Tuvimos la oportunidad de visitar el taller Pantera de la mano de su fundadora, Laura Laviada. Y, de paso, conocimos la colección 2018 para hombre.
Lo hecho a mano, el lujo en el taller Pantera
La visita fue en la calle de Mario Pani, en Santa Fé; uno de los muchos edificios de la zona alberga el taller conformado por 12 personas y que produce el 90% de lo que la marca vende.
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Encima, en palabras de su fundadora, Pantera atiende la necesidad por personalizar nuestros objetos cotidianos. El taller ofrece el grabado de iniciales en todos sus productos y en distintos acabados.
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Otra manera de imprimir personalidad es elegir como asa uno de los modelos tejidos por una comunidad de mujeres en León. Así, Pantera muestra que hay un compromiso social por parte de la marca.
El “campo de juego” es toda una batalla
Y platicando sobre la elaboración y manufactura, fue interesante descubrir que la pieza más difícil de hacer en el taller, la que requiere de mayor atención no es ningún artículo para la mujer sino el campo de juego de backgammon. Es inservible donde queden con pegamento de más o si las costuras son muy gruesas. Son los detalles milimétricos los que cuentan. Con orgullo, Laviada nos lo comenta: el proceso solamente de armado es a cuatro manos y en dos jornadas laborales.
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Pantera diseña piezas atemporales, con líneas limpias y funcionales y cree en el firme compromiso de 24 manos que trabajan para entregar artículos que fascinen y que sean tan usados que deban reponerse. Nosotros ya hicimos nuestra lista.