Si tú o alguno de tus seres queridos está esperando un hijo es muy probable que estés o estén inmersos en la vorágine de prepararlo todo de manera meticulosa para la llegada del nuevo integrante. La habitación, la ropita, el hospital…
Así me sucedió a mi, en un abrir y cerrar de ojos estaba a escasos días de cumplir los siete meses de embarazo y lo único que no habíamos hecho mi pareja y yo de toda la lista de ‘to does‘ era consentirnos. Pero… ¿cómo se consiente una pareja en estos casos?
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Nosotros nos decidimos por celebrar durante un fin de semana largo nuestra babymoon en Rosewood Mayakoba, un enclave de ensueño situado al norte de Playa del Carmen en la Riviera Maya y a alrededor de 45 minutos en coche del aeropuerto de Cancún.
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Quien conozca Mayakoba sabrá que lo primero que impresiona es el edén ecológico que se empieza a intuir desde el primer momento en que uno cruza la barrera que divide la tierra del paraíso. En escasos minutos el auto que nos vino a recoger de manera personal al aeropuerto nos deja en la recepción de Rosewood y nada más bajar de éste nos ofrecen una deliciosa y refrescante bebida hecha con aloe vera.
Una vez realizado el check-in es tiempo de tomar un bote privado que nos llevará hasta nuestra nueva casa durante dos días. El trayecto es hermoso, y es imposible no embriagarte con la belleza natural que ofrece la laguna y que se entremezcla con la auténtica sofisticación de las lujosas villas firmadas por el estudio de arquitectura Gómez Vázquez.
Yo quería playa así que el equipo de Rosewood Mayakoba amablemente nos alojó en una de las espectaculares 128 suites que ofrece el resort y que se funden en armonía con la excéntrica naturaleza que las rodea.
Allí nos esperaba nuestro mayordomo con la intención de satisfacer hasta nuestros más excéntricos antojos. Algo que recordaré siempre es cómo no tuve ni que empacar o desempacar yo las maletas; lo hicieron por mi mientras yo disfrutaba de remojarme los pies en la alberca privada que teníamos en la terraza de la habitación.
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Como sorpresa del día, nos dejaron unos hermosos globos que celebraban la llegada de nuestro bebé y unos chocolates especialmente preparados para nosotros con motivos relacionados como un osito, patucos, una pelota de juego… y una hermosa nota en la que celebraban con nosotros la pronta llegada de nuestro pequeño. A modo de anécdota, nos contaron que en Rosewood Mayakoba siempre se busca sorprender a los huéspedes con los detalles que más se acercan a sus gustos o, en este caso, a su momento de vida.
Después de hacer nuestros los más de 75 metros cuadrados que tenía nuestra suite, nos decidimos a pasear por la playa, una bellísima playa de una milla y de fina arena blanca que se extiende por todo el complejo.
Con tanta actividad cayó la noche sin casi darnos cuenta y nos decidimos por cenar en Punta Bonita, uno de los cuatro restaurantes con los que cuenta el resort. Punta Bonita es quizás el más casual porque está en la playa y en su oferta abundan las especialidades de la región y los platillos tradicionales mexicanos.
Al día siguiente fue el momento de disfrutar de las delicias del spa, como ya estoy de siete meses yo me decidí por una pedicure y no me atreví a hacer el recorrido, pero mi pareja que sí lo hizo se quedó impresionado.
Desde el espectacular Jardín Kuxtal, un espacio único inmerso en la densa vegetación en donde los huéspedes son partícipes de un recorrido guiado para elegir aquella hierba que de acuerdo a su intuición será la más adecuada para su tratamiento, hasta la alberca exterior de agua templada, el sauna, el baño de vapor, el jacuzzi y todas las áreas de relajación.
Yo no me pude quejar tampoco, durante una hora me transportaron al paraíso con un espectacular masaje de pies. Una vez terminado, volví a sentir y a ver por primera vez cómo mis pies y mis piernas habían vuelto al tamaño previo a estar embarazada. Cualquiera que haya esperado un hijo, sabrá lo que le digo y entenderá la maravilla de este masaje.
A nuestro regreso a la habitación volvimos a tener más sorpresas personalizadas y realizadas con mucho mimo por parte del equipo de Rosewood Mayakoba.
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Nuestra cena de despedida la celebramos en Casa del Lago, el restaurante insignia del resort. A la luz de las velas disfrutamos de un delicioso menú especializado en una fusión de cocina italiana contemporánea con cocina mexicana. No podíamos tener mejor final para nuestra escapada.
Si uno busca Babymoon en la red verá que la explicación que Wikipedia te ofrece es la siguiente: unas vacaciones relajantes en lugares lujosos tomadas por las parejas que están esperando un niño. La verdad, Wikipedia no se equivoca en su definición al igual que nosotros tampoco nos equivocamos al elegir Rosewood Mayakoba para celebrar la llegada de nuestro bebé.