Una marca pionera de la moda en México, nacida en 1996, Pineda Covalín es fruto de la colaboración de dos amigos, Cristina Pineda, promotora de arte, y Ricardo Covalín, diseñador industrial, quienes unieron sus habilidades creativas para exteriorizar su verdadera pasión nacionalista, así como la excelencia artesanal y riqueza cultural que posee nuestro país.

Cada artículo imaginado por ellos narra relatos de identidad y pertenencia a través de diseños que imprimen la esencia de las raíces perennes. Inspirados en tradiciones y costumbres, a través de ritos, magia, colores, sabores y texturas, despiertan en los compradores un sentido de identificación que recuerda el folklore de los pueblos y las ciudades coloniales, hasta la naturaleza de las playas, las selvas y los desiertos latinoamericanos.

Con esta ideología, la firma llevó a cabo en Morelia, Michoacán, un evento excepcional para conmemorar su vigésimo aniversario. Más allá de una celebración, fue un homenaje y agradecimiento a todos quienes han hecho posible el crecimiento y difusión de su patriótico legado.

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En el marco del evento conmemorativo, la Plaza Valladolid se vistió de colores para recibir a cientos de asistentes locales y visitantes, mientras que el recinto histórico se convirtió en un espacio completamente dedicado a Pineda Covalín. En él, pudimos presenciar un majestuoso desfile dividido en tres facetas, que inició con la coreografía de tres bailarinas, seguido de una pasarela en la que brillaron el talento y el ímpetu de nuevos jóvenes diseñadores, ganadores de una convocatoria especial para universidades y escuelas de diseño mexicanas; así como, la evolución de diseñadores emergentes, y la experiencia de modistos reconocidos internacionalmente, quienes a través de su visión impregnaron sus proyectos con los trazos más significativos de la marca.

La fachada de la edificación, que fungió como setting, se iluminó con un videomapping de distintos diseños, a la vez que las modelos conquistaron la pasarela. Sobresalieron varias piezas, dignas de ser reconocidas, entre ellas las alegres obras de Alejadra Rojas González, Anne Schröder, Sofía Deschamps Vargas, Ivonnè Salinas, Leonardo Mena, Kris Goyri, Lorena Saravia, Macario Jiménez y Ricardo Seco.

Al culminar el espectáculo, los invitados disfrutamos una cena en el Palacio Municipal, que nos guió por un recorrido que despertó nuestros sentidos, imaginada por el chef Sergio Camacho. Los platillos típicos servidos fueron: ensalada de esquites asados, capuchino de lentejas, short rib, y, para finalizar, nieves de Pátzcuaro.

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Una experiencia que nos permitió conocer las maravillas de la capital michoacana y la herencia de la marca haute couture más famosa del país, fue aún más extraordinaria que presenciar cualquier semana de la moda internacional.

pinedacovalin.com