Hay nombres en el mundo de la arquitectura y el diseño de interiores que marcan una nueva manera de ver las cosas. Uno de ellos es el arquitecto estadounidense David Rockwell, famoso por sus creaciones inspiradas en el teatro, la tecnología y el arte.
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Además, es un viejo colaborador de The Rug Company, la conocida firma de tapetes británica que saltó a la fama por su innovadora propuesta de reunir el ancestral oficio artesanal de tejer tapetes con diseño contemporáneo. Ahora, Rockwell añade tres nuevos diseños a la colección de la firma, Moonlight Tidal, Lola y Misty.
Las tres representan una sinergia entre el diseño y la artesanía; y acentúan la pasión del arquitecto por la naturaleza. Cada una de ellas ha sido confeccionada a mano por tejedores nepaleses y se puede observar a la perfección el uso de ancestrales técnicas. Para ello, se ha utilizado una fibra similar a la seda extraída de la planta de bambú, misma que los tejedores trabajan, pero en esta ocasión con un nudo más grueso de lo normal para ofrecer finalmente ese acabado de lujo que todas las piezas de The Rug Company poseen.
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Pero el proceso no termina ahí, los tapetes llevan también el lustre moteado de la seda de bambú, perfecto para el tono natural de los diseños abstractos de Rockwell.
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Si profundizamos un poco más en los tres modelos, nos encontramos que Moonlight Tidal es una nueva versión de la alfombra Tidal original. Hecha a mano en seda de bambú; su expresión pictórica y llena de luz natural representa un reflejo brillante sobre la superficie de una bahía interpretada en frescos y cálidos grises.
Lo mismo sucede con Misty, cuya elaboración también utiliza seda de bambú para plasmar un motivo profundo y rico en tonalidades azul índigo que se va difuminando hasta llegar al color blanco en sus bordes. Evocando así un trazo de pincel acuarelado. Como sorpresa y efecto embellecedor, la pila de tinta sedosa brilla cuando la luz golpea los hilos.
Por último, pero no menos importante está Lola, inspirada en las vasijas de cerámica vidriada que David Rockwell y su hija Lola usaron en el estudio de la artista de cerámica, Pascale Girardin en Montreal. La composición de esta alfombra abstracta, expresa el mismo movimiento espontáneo y las fluidas pinceladas que aparecen en los recipientes.