En 1972 Roma presenció el nacimiento del que décadas después se convertiría en una de las figuras más influyentes del mundo de la moda: Alessandro Michele.
El italiano inició su trayectoria como diseñador de accesorios para Fendi. En el 2002 Tom Ford, entonces director de Gucci, introdujo por primera vez a Michele al atelier de la marca. Doce años después, el modista fue nombrado director creativo de la legendaria casa.
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El mesías de Gucci
Gracias a la visión de Alessandro, Gucci ha experimentado un sorprendente crecimiento en los últimos años. Tan solo durante el primer cuarto del 2018, la marca aumentó sus ventas en casi 50 por ciento. El grupo Kering ha incluso comentado que esta pronto podría superar a su eterno rival, Louis Vuitton.
La estética surrealista y contemporánea de Michele ha enamorado a miles de fashionistas, quienes evidentemente no pueden dejar de comprar hasta el último accesorio de cada colección. Sin embargo, ¿Podemos saber cuál fue el momento en el que el mundo se enamoró irrevocablemente del romano?
Durante sus primeros años como director creativo, Michele compartió liderazgo con Frida Giannini. Cuando esta se retiró de la casa a finales del 2015, Michele salió por primera vez solo al final del desfile masculino de otoño-invierno del mismo año. Poco tiempo después, Gucci daría un giro de 180 grados.
Primavera 2016
Durante la colección masculina de primavera 2016, Alessandro impactó a la industria con diseños fuera de lo esperado. Algunos llamaron a la propuesta “recontextualizante”, refiriéndose a la tendencia de dotar un elemento conocido de un sentido completamente nuevo.
El desfile se llevó a cabo a las afueras de Milán en una abandonada estación ferroviaria. Tan pronto el primer modelo salió a la pasarela, todos supieron que la identidad de Gucci había cambiado por siempre. Una atmósfera juvenil y rebelde llenó hasta el último rincón del recinto. Detalles retro que remitían a la década de los 70 se complementaban con símbolos religiosos, remaches, tatuajes y pantalones de seda de oro.
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Tan pronto el diseñador salió a agradecer al público, este fue recibido con estridentes vítores: una leyenda había nacido.
En el transcurso de los años posteriores, Gucci cambió su imagen para adaptarse al nuevo estilo que Michele introdujo aquel día. La inspiración en la juventud, arte y moda clásica que el modista trajo consigo pronto hizo a la marca una de las más distintivas e icónicas.
Aunque Alessandro Michele aún tiene un gran camino por delante, seguramente podremos esperar cosas excepcionales de él.