
El mundo de la moda está de luto. Esta mañana la reconocida diseñadora Kate Spade; quien fue fundadora de su firma homónima y actualmente manejaba la línea de zapatos y bolsos de lujo, Frances Valentine; fue hallada muerta a las 10:20am en su departamento neoyorquino ubicado en el Upper East Side. Aunque aún no se ha revelado mucha información, se ha comentado que parece tratarse de un suicidio puesto que la modista dejó una nota.
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Esta tragedia nos remite inmediatamente a la muerte del famoso y excéntrico diseñador británico, Alexander McQueen, en el 2010, quien se cree ahorcó en su residencia londinense a causa de la depresión suscitada por el entonces reciente fallecimiento de su madre y el propio suicidio de su íntima amiga, editora de moda, ícono del estilo y mecenas, Isabella Blow.
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Aunque la diseñadora hubiera vendido sus últimas acciones de Kate Spade New York en el 2007 para dedicarse a su familia por un tiempo, no podemos dejar de pensar en todas las extraordinarias colecciones que Spade presentó durante sus 14 años en la firma y lamentar que un talento similar se extinga tan repentinamente.
Desde su fundación en 1993, la casa de moda había encantado al editores y fashionistas de todo el mundo inicialmente por sus características bolsas, carteras y zapatos, pero eventualmente por sus prendas repletas de elegante sencillez, refrescante modernidad y estilo juvenil. Actualmente Kate Spade New York ha crecido hasta convertirse en un auténtico fenómeno cultural reconocible en cualquier parte del mundo.
Hoy en día, Kate Spade New York cuenta más de 175 tiendas a nivel mundial y una extensa gama de productos vendidos en más de 400 espacios internacionales que van desde joyería hasta zapatos, productos para el hogar, fragancias e incluso artículos para bebé.
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Aunque los datos acerca de la muerte de Spade aún son escasos, lamentaremos enormemente la pérdida para la industria de la moda pero, sobre todo, para su esposo e hija.
Sea cual sea la causa de la muerte de la diseñadora, esta nunca podrá ser olvidada por sus insuperables contribuciones creativas al mundo del diseño y su partida debería invitar al diálogo acerca de la prevención suicida en un medio donde las largas horas de trabajo y constante presión laboral pueden tener consecuencias fatales para los diseñadores.