La autenticidad es uno de los valores más importantes para The North Face, una marca establecida en San Francisco hace 50 años por un grupo de fanáticos de los deportes extremos al aire libre. “La marca evolucionó al poco tiempo, cuando fue adquirida por un grupo de universitarios empresarios de Stanford que llevaron la tienda al otro lado de la bahía. Allí, ellos abrieron una fábrica donde creaban mochilas, tiendas para dormir y equipo para escalar”. Comenta Tony Erlick, Vicepresidente de Ventas de The North Face. Al poco tiempo, el espíritu de The North Face (que incluso en su logo evoca el Half Dome, un monolito de granito en el parque nacional de Yosemite) se consolidó y materiales de uso rudo (el mismo que se utilizaba en las tiendas de acampar) fueron empleados para crear todo tipo de chamarras.
Históricamente, The North Face ha sido la marca predilecta para escaladores del Monte Everest, sólo hace falta mirar algunas fotografías de los campamentos establecidos a lo alto de la montaña más alta del mundo, en donde la icónica casa de campaña Yellow Expedition Tent, Summit Series, invade el paisaje con su brillante tonalidad amarilla. En México se escribirá una historia completamente diferente. Su reciente llegada al mercado mexicano demandó una nueva estrategia para la marca especializada en condiciones de frío extremo. “Tenemos muchos productos alrededor de la lluvia y llueve mucho en la Ciudad de México; los 2240 metros de altitud de la Ciudad de México son ideales para nuestra marca. Además, la naturaleza premium de The North Face se alinea con el consumidor de lujo en la Ciudad de México. Hemos hecho mucho trabajo de investigación y creo que hay un gran consumidor aquí”, agrega Tony.
The North Face es un perfecto balance entre autenticidad y herencia. Sigue siendo fiel a sus orígenes y actualmente dedican sus esfuerzos a crear productos de calidad en un ambiente congruente con la filosofía de la marca. “Si vas a nuestro campus en San Francisco, verás más energía y tiempo invertido fabricando productos y accesorios de alto rendimiento para todo tipo de deportes al aire libre, que en crear la chamarra más bonita”, dice Tony, antes de invitarme cordialmente a la tienda de The North Face, ubicada en El Palacio de Hierro de Polanco, en donde, asegura, cuando un nuevo cliente atraviesa la puerta, los vendedores especialistas le preguntan sus necesidades para así sugerir el producto ideal. “La marca es importante, la estrategia es importante, el producto también lo es, pero lo más importante es el cliente”, finaliza Tony.
Por Anaid Osuna
Recuerda suscribirte a la edición digital de Robb Report México.