En los comienzos del siglo XX se daba a conocer a través de las calles de Milán una boutique dedicada a la marroquinería de lujo, su nombre, Fratinelli Prada, lo tomaba de su fundador, el legendario Mario Prada, quien, con sus bolsos, maletas y accesorios de alta calidad, pronto se colocó como favorito de las más altas esferas de la sociedad europea.
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Ahora, la casa italiana es un referente absoluto en la industria de la moda un hecho que, evidentemente, no sucedió de la noche a la mañana. Con más de 100 años de tradición, su estilo ha atravesado por reformas y movimientos radicales que la han posicionado en el lugar que ocupa; por tal motivo, te presentamos algunos datos interesantes acerca de una de las firmas sagradas de la actualidad.
Destinados al éxito
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La iconica primer boutique de Prada se encuentra en Galleria Vittorio Emanuele II, también conocida como ‘El Salón de Milán’.
A sólo 6 años de su aparición, los esfuerzos de Mario Prada rindieron fruto y su primer tienda, localizada en la famosa Galleria Vittorio Emanuele II, se convirtió en la proveedora oficial de la Familia Real Italiana, hecho que la catapultó hacia el jet set europeo y, posteriormente, el estadounidense.
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Piel Saffiano
Actualmente, muchas de las bolsas y maletas de Prada están elaboradas de piel Saffiano.
Una de las principales razones por las cuales Prada triunfó desde sus inicios es su maestría y originalidad en sus procesos de fabricación. Pensando en la eficiencia y durabilidad de sus maletas, en su comienzo se recurrió a la piel de morsa, no obstante, es el cuero Saffiano el icono que se ha preservado en la elaboración de accesorios de la marca.
Dicho material, inventado por Mario Prada, se trata de piel de becerro texturizada que atraviesa por un proceso de pulido en cera para otorgar ese aspecto reluciente y de mayor resistencia. Al finalizar, se añaden detalles de finas líneas diagonales.
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Miuccia, el alma de Prada
Miuccia Prada. Foto: Guido Harari.
Era difícil predecir que la nieta del fundador de Prada, una estudiante de Ciencias Políticas atraída por el movimiento comunista, convertiría el negocio de su abuelo en todo un emporio de la moda. Así lo hizo Miuccia Prada, cuyo controvertido sentido de la estética ha labrado la identidad de la que ahora goza la firma, convirtiéndola en marcadora de tendencias.
Al incursionar como directora en 1979, la diseñadora convirtió el nylon en un material de lujo con sus famosos bolsos lisos que en la década de los noventa eran un must-have, mientras que su primera colección Pret-à-Porter, 10 años más tarde, la consolidó como una artista ‘contracorriente’ que no sólo diseñaba para los cuerpos femeninos, sino también para sus personalidades.
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Arquitectura Prada
Boutique Epicenter en Nueva York. Foto vía: designscene.com
Desde que Miuccia Prada tomó las riendas de la marca, se ha encargado de sublimarla para convertirla en un completo sinónimo de lujo, una forma de lograrlo ha sido la edificación de boutiques diseñadas por arquitectos de reconocimiento internacional, quienes se han encargado de realizar lo que bien podría definirse como ‘oasis de la moda’ en los que grandes corredores modernos exponen maniquís portando las últimas colecciones Prada.
En estas tiendas, denominadas Epicenter, la tecnología se hace tangible en vestidores con puertas de cristal que se torna opaco al simple toque de un interruptor, todo esto con grandes pantallas de fondo en las que se observan vídeos de las catwalks más recientes. Estos puntos de venta se encuentran en ubicaciones como Nueva York, San Francisco y Shanghái.
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Su paso por el cine
Vestuario del personaje Daisy Buchanan en The Great Gastby. Foto: Hugh Stewart
Uno de los elementos más memorables de la película The Great Gastby es el vestuario, no podía ser de otro modo, pues tiene el sello de Miuccia Prada. En los vestidos de estilo flapper, utilizó libremente los encajes, de los que se necesitaron más de 200 tipos diferentes y hasta mil 400 metros de tela. Respecto al estilo, este se cargó de referencias históricas que reflejaban la estética aristócrata de los años veinte.
Por otro lado, en el film de 1996 Romeo+Juliet, las líneas puras y simples de la diseñadora se hicieron presentes en el traje azul que portó Leonardo Di Caprio interpretando a Romeo.