Un aroma es capaz de evocar memorias, sueños y abrir puertas a cualquier mundo. Carlos Huber es un arquitecto especializado en la preservación histórica que creó una colección de fragancias con los ingredientes más especiales, capaz de transportar a quien las usa a distintos sitios: Arquiste.
Después de su presentación en Luxurylab, Carlos Huber se sentó a platicar con nosotros:
“Para mi la conexión entre el mundo de la perfumería y la historia de la arquitectura es una forma de usar nuestros sentidos y evocar un ambiente.”
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Cuando la experiencia visual y la olfativa se suman, es posible reconstruir un lugar. Eso sucede con cada una de las fragancias de Arquiste. Detrás de ellas hay una narración que conecta los sentidos: “Al viajar o investigar al leer un libro, descubres una historia que vale la pena contar y se traduce en una paleta de aromas, que componen cierta colección,” detalló Huber. En cada travesía e indagación él intenta explorar nuevos ingredientes para complementar su inventario y reforzar la estrategia de marca. Actualmente, su ingrediente favorito es una materia sintética llamada ambermax que proviene de la abstracción de la molécula del cedro. “Es como un ámbar seco y salado que huele a piel tostada. Es un ingrediente que me fascina incorporar a los perfumes porque les da un toque humano,” nos platicó.
Como prueba del poder que tiene el olfato y su permanencia en la memoria, Carlos Huber describió a la perfección el aroma del Fumoir Bar en Londres: “el bar de Claridges huele la madera de las paredes, al cuero de los detalles arquitectónicos, al terciopelo de los bancos que ha absorbido los perfumes de las personas y a tabaco”. Sus capacidades para detallar así un aroma, se reflejan en las historias que cuenta sobre cada uno de sus perfumes y la calidad de los ingredientes que maneja. Eso, es justamente lo que distingue a Arquiste del resto de las marcas.
“Nuestra riqueza se encuentra en la experiencia, en la historia, en la atención al detalle. Los relatos que contamos no son nada más de una frase, hay más contenido. La atención se enfoca no nada más en el lujo y a la materia, sino en las ideas. Nuestra intención no es ostentar, sino enriquecer,” concluyó.