
Famosa por su joyería fina, muebles y colecciones de ready-to-wear, Bottega Veneta es una marca de tradiciones y crecimiento constante que siempre ha apoyado el talento artístico. Su más reciente proyecto invita a artistas reconocidos a nivel internacional a colaborar en sus campañas. La iniciativa “The Art of Collaboration” de Tomas Maier se presentó por primera vez en 2001. Para ese año, la creadora elegida fue la fotógrafa holandesa Viviane Sassen, quien ya había trabajado previamente con la firma para el rodaje de la campaña de colección primavera verano de este año, que hicieron en el Jardin d’émail.
Para la campaña publicitaria de otoño invierno 2016, Bottega Veneta eligió el Grande Cretto de Gibellina, creado por Alberto Burri en Sicilia, Italia. Se trata de las ruinas de un pueblo que fueron cubiertas por bloques de cemento agrietados, para “celebrar la vida y el arte”. Este escenario abarca 80,000 metros cuadrados en los que la paleta de colores que manejaron en esta colección (azul, rojo real y negro) contrasta de maravilla con el blanco del paisaje. El producto final es elegante, con mucho movimiento y delicadeza. Quienes dan vida a los personajes de estas imágenes son los modelos Simon Fitskie y Rianne Van Rompaey.