Vinos cabernet de “altura”: las uvas de Napa Valley se van a la montaña

Los mejores paladares saben que los vinos de California son reconocidos por sus notas afrutadas y la inminente calidad que los caracteriza. Pero últimamente, las casas vinícolas más prestigiosas de la región —entre las que se encuentran Calistoga’s Girard Winery, Lokoya, Girard, Lamborn y Michael Mondavi Family— han decidido extender sus cosechas más allá de los valles y apostar por viñedos en las zonas montañosas de Howell Mountain, Atlas Peak, Diamond Mountain District, Spring Mountain y Mount Veeder, para crear vinos con mayor personalidad y añejamiento. 

Chris Carpenter, winemaker de Lokoya

Este cambio no es cualquier cosa, pues los 2,700 pies a nivel del mar de la región que escogieron son similares a las alturas de los viñedos de Mendoza, en Argentina —otra de las zonas más prolíficas en producción de vino del mundo— e implica una modificación radical no sólo en la filosofía de producción, también en las técnicas, por eso han tenido que voltear a ver los procesos del Viejo Continente y aprender de él.

Más altura, más complejidad

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Dancing Bear Vineyard, Howell Mountain, Napa Valley

La neblina que cubre las uvas del valle californiano las protege de los rayos del sol, mientras que las que crecen en grandes altitudes están más cerca del astro rey, y eso impacta considerablemente la concentración de su sabor y hacen que los Cabernet Sauvignons sean mucho más fuertes y robustos al gusto.

Pero los rayos no son los únicos que injieren en la complejidad de estos nuevos vinos. La composición del suelo de la montaña también permite que tengan mayor complejidad aromática y profundidad, en la que predominan las notas a frutos del bosque. 

La elevación impacta a las uvas y deja que se maduren más lentamente, gracias a las brisas frescas y las noches más frías, haciendo que conserven la acidez. Esas uvas, más pequeñas y con piel delgada, requieren un cuidado mayor al momento de extraerse, ya que la presión debe ser ligera para limitar la concentración de los taninos. La fermentación en frío los ayuda a mantener armonía y estructura marcada. Y terminan de redondear su personalidad gracias al añejamiento de 10 a15 años en barricas de roble francés, una idea retomada de los Bordeaux. 

Es indudable que esta combinación de geografía envidiable más las condiciones y la técnica adecuadas creó vinos de balance exquisito y alta complejidad que al abrirlos y probarlos dejan una sensación en boca redondeada a la par de los mejores Bordeaux y Barolo del mundo. 

Si quieres probar algunos, intenta con: 

-Girard Cabernet Sauvignon Atlas P, si te gustan los sabores a frambuesa, café espresso y especias.

-Lokoya Cabernet Sauvignon Mount Veeder, con marcadas notas a blueberries, frambuesa, regaliz y un retrogusto sutil a menta. 

-Lamborn Family Cabernet Sauvignon Howell Mountain, para degustar notas a cereza y caramelo.

-Cakebread Cellars Dancing Bear Ranch Cabernet Sauvignon, con sabor a moras, cerezas maduras y chocolate oscuro que termina con toques de cáscara de naranja.