Otro japonés destacado: Yamazaki, un whisky de malta de 55 años y 60 mil dólares

Han sido grandes semanas para el mundo del whisky, desde la presentación de nuevas botellas hasta templos dedicados a este destilado. Y ahora toca el turno de la presentación de Yamazaki, el whisky japonés más antiguo de House of Suntory, que hizo su primera aparición en enero del 2020.

Meses después de su llegada, una sola botella se vendió por alrededor de 795 mil dólares en una subasta, ahora se estrena o, mejor dicho, sale al mercado este viejo whisky japonés limitado a solo 100 botellas que llegarán a Estados Unidos, Reino Unido, China y Taiwán.

Fotos: Yamazaki

Yamazaki, una expresión de más de medio siglo

Si no estás del todo familiarizado con este whisky, según la marca, es una mezcla de maltas preciosas con componentes destilados en 1960 bajo la supervisión del fundador de Suntory, Shinjiro Torii, y luego envejecido en barricas de Mizunara.

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En 1964, bajo el ojo especializado del maestro mezclador Keizo Saji, se envejeció en barricas de roble blanco. Finalmente, el mezclador jefe de quinta generación, Shinji Fukuyo, hizo uso de su arte característico de mezcla para darle profundidad, complejidad y sabiduría al Yamazaki 55.

Yamazaki

Un proceso de tantos años necesita una inspiración ad hoc, y Yamazaki la encontró en el tiempo y ‘Wabi-sabi’ la creencia japonesa de que las imperfecciones pueden ayudar a contribuir en última instancia a la perfección.

El whisky tiene un color ámbar profundo distintivo de barricas de Mizunara, en nariz, el aroma es robusto que recuerda a madera de sándalo, dulce y maduro, en la boca, el primer sorbo es suave y terso con una mezcla dulce y ligeramente amargo seguido de una nota amaderada.

Un destilado de alta gama como éste, necesita un empaque a su altura. Por ello, el whisky se presenta en una botella de cristal con la palabra ‘Yamazaki’ grabada en caligrafía usando la técnica de pulido con chorro de arena y con polvo de oro real y laca.

La apertura de la botella está envuelta en papel washi Echizen hecho a mano y atada con un cordón trenzado Kyo-kumihimo, una artesanía tradicional de Kioto. Cada botella se entrega en una caja a medida hecha de madera nativa japonesa Mizunara y recubierta con laca Suruga.