Para llegar a algo único el camino debe ser único y si tiene 41 años de elaboración, mucho mejor. Esto es algo que The Last Drop Distiller demuestra con el lanzamiento de un su whisky Buffalo Trace ultra raro, un destilado con una historia tan peculiar como su sabor.
Buffalo Trace se destiló por primera vez en 1980 en lo que en ese entonces era el George T. Stagg, bajo la supervisión del legendario maestro destilador Gary Gayheart. El que sería su aprendiz y actual maestro destilador, Harlan Wheatley, descubrió el destilado años después.
12 años después Last Drop adquirió la destilería con todo su contenido, incluyendo estos barriles. El bourbon maduró durante otros 8 años ganando mayor complejidad y a los 20 años se encubó en acero inoxidable, algo que detuvo los efectos del envejecimiento dándole sabores astringentes y amaderados.
A pesar el envejecimiento, los gustos y sabores de este destilado no dejaron de evolucionar y aunque en el nombre lleve 20 años, el bourbon tiene 40 años en el fondo.
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La maduración de cuatro décadas ha producido un bourbon único y muy raro. Con 90 grados, este whisky es la definición de extravagante y lleno de sabor con notas que se transforman de chocolate negro, almendra, cuero, caramelo y roble a un picante suave y cálido.
Buffalo Trace de 1980 es uno de los tres licores más codiciados lanzados dentro de una colección de otoño de Last Drop, línea que también incluye un ron jamaiquino de 43 años y un coñac de 1959.
Con solo 240 botellas, Buffalo Trace es una rareza que está disponible para todo el mundo y tiene un precio de $4,600 dólares cada una.