La producción de Dom Perignon Vintage durante dos años consecutivos se consideraba un fenómeno extraño, hasta la cosecha de 2002. Pero a partir de ese año, han logrado su fabricación continua hasta llegar a la de 2006, que presentan este año.
Con esta champaña, tomaron el riesgo de permitir que el añejamiento hiciera su trabajo de forma prolongada, para después de una cosecha de uva de casi un mes, se dejara madurar con calma. El resultado es una bebida de gran madurez que nace de un acto de creatividad y compromiso.
Dom Pérignon 2006, la champaña vintage que por quinto año consecutivo presenta la casa, se pudo dar gracias a las excepcionales condiciones climáticas de la región(¿qué región?), que reflejan la importancia de la temporalidad en la elaboración de este elixir. Ésta y las Vintage anteriores, son producto de cinco cosechas de calidad suprema que han permitido que alcance la máxima expresión cada año.