Alesia convierte al Pedregal en Portugal con su propuesta Mediterránea

Yo conocí a un chef Alejandro Cuatepotzo que me sirvió uno de los mejores chiles en nogada que he probado, en el extinto restaurante Barroco, allá en su tierra. Supe de sus inicios a lado de grandes figuras de la gastronomía nacional como Martha Ortiz y Enrique Olvera. Disfrute, incluso, sus más recientes propuestas de gastronomía mexicana contemporánea en su restaurante Arango que además de ofrecer una cocina de raíces tiene una de las mejores vistas de la ciudad, justo hacia el Monumento a la Revolución, ícono de México.

Credenciales todas, tan nacionalistas, que abrieron un gran espacio a la sorpresa y la espectación cuando escuche hablar de su más nuevo proyecto: Alesia, un restaurante al sur de la ciudad, donde propone un viaje culinario, desde el Pedregal, directamente a la cuenca del Mediterráneo, de Portugal hasta Líbano.

La cocina Mediterránea de Alesia

Sí, en Alesia, el chef saca su pasaporte y se permite licencias internacionales más notorias que las que ya venía mostrando en otro de sus establecimientos: Antonia Bistró, ubicado en San Miguel de Allende, donde el mercado mismo le dictó una propuesta más cosmopolita.

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Aquí, el diseño y los colores del lugar te hacen pensar en las terazas del Mediterráneo, con  distintas tonalidades de azul que contrastan con el majestuoso diseño del bar hecho en madera y el verde de la vegetación colgante.

El mural de “Pancho Villa” que se puede ver en Arango aquí ha mutado a uno que nos recuerda los mercados de aquel litoral europeo.

Una insinuación de la frecura de los ingredientes cuya calidad se ha dejado al descubierto para lograr una experiencia culinaria única. Como muestra, la barra fresca con el desfile de ostiones, ostras, almejas, patas de cangrejo de Alaska y manitas de cangrejo moro acompañados de salsas mignonette, rosa o mermelada de tomates picantes.

El viaje continua con el mezze frío, mezze caliente y los bocadillos. En el primero se pueden disfrutar las hojas de parra con jocoque o el tartar de salmón ahumado; mientras que la berenjena asada con cous cous, dátiles, yogurt griego y aceite de ajonjolí o el pulpo Sti Skára con aceite de oliva griego, aceituna y alcaparras son parte del segundo.

Entre los bocadillos está el arancini de ragout de vaca vieja o el souvlakide cordero a las brasas con tzatziki.

El mar y la tierra tienen un lugar especial en la carta de Alesia. El pescado a la sal o a las brasas y las distintas preparaciones hechas con carne calidad prime madurada por 30 días, exhibida en el refrigerador especial, hacen gala de la técnica del chef Cuatepotzo y su equipo.

Para redondear la experiencia, los postres conducen a un mar de sabores llenos de contrastes, donde tienen lugar desde el clásico tiramisú hasta el baklava, pasando por la tarta tibia de chocolate, las torrijas y la panna cotta, ¿así o más Mediterráneo?

Gastronomía líquida

La apuesta en bebidas es igualmente global. Con la curaduría de la reconocida sommelier Laura Santander, Alesia nos lleva a descubrir los terruños del viejo mundo por medio de una exquisita selección de vinos españoles, italianos o franceses, además de alguna que otra sorpresa de Eslovaquia, o Croacia, por ejemplo, sin olvidarse, por supuesto, de México.

Asimismo, está la coctelería con propuestas tan auténticas como el signature drink: Alesia Spritz, una mezcla de prosecco, brandy y vodka con notas de mandarina o algunos otros cocteles hechos con grappa como el Galicia Mist (grappa, infusión de té marroquí, limón siciliano, oleo de jengibre y top de soda) o el Roma Smach hecho con grappa, kiwi macerado, hierbabuena y limón siciliano.

No, quien busque la cocina mexicana del chef Cuatepotzo tendrá que seguir asistiendo, en la CDMX, a Arango, pero quien quiera atreverse, junto con él a explorar otros sabores, más del Mediterráneo, debe venir a Alesia en Av. de las Fuentes 549, Jardines del Pedregal.