Hace meses te contamos una de las tantas historias que posee la firma de champagne Veuve Clicquot. Se trataba de cómo la viuda de Edouard Clicquot había logrado mantener a salvo su producción durante la II Guerra Mundial gracias mantenerla en el mar.
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Ahora, regresamos a la firma porque está de celebración. Se cumplen 140 años desde que Madame Clicquot se convenció de que el etiquetado de sus botellas era un bien necesario para la Maison.
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De esta manera, el etiquetado amarillo surgió en 1877 para los vinos ‘secos’ e inmediatamente fue un éxito y una manera de reconocer a la firma Veuve Clicquot.
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¿Por qué amarillo?
La verdad. No se sabe a ciencia cierta. Algunos creen que justo en esa fecha era un color ampliamente utilizado por impresionistas de la talle de Monet, Van Gogh y Manet.
Otros piensan que se debe a un pedido especial que la Maison recibió desde Gran Bretaña. Y lo más práctico es pensar que se eligió porque en los sótanos era una etiqueta más reconocible.
Fuera el motivo que fuese, la etiqueta amarilla es hoy un claro distintivo de Veuve Clicquot.